Sindicales

7/6/2020

Coto Ramos Mejía: se confirmó positivo de coronavirus y la empresa no toma medidas

Crecen los casos en supermercados, con la complicidad de la burocracia sindical.

Ante la confirmación de un nuevo caso positivo de coronavirus en otra sucursal del supermercado Coto, esta vez en Ramos Mejía (zona oeste del conurbano bonaerense), se pone nuevamente en evidencia la falta de protocolos sanitarios frente a la pandemia por parte de la empresa, que deja librados a su suerte a las y los trabajadores.


Se trata de una cajera de la sucursal 51 de esta localidad, que reside en el partido de Moreno y que ya el 31 de mayo había dado aviso a los supervisores de que podría haber contraído Covid-19, ya que presentaba síntomas y convive con un familiar que se desempeña en el área de la salud. Ante esto, la empresa solo hizo que se fuera a su casa, en transporte público, y le encomendó que se manejara por la obra social. Tampoco dio aviso al resto del personal. El hisopado le fue realizado el lunes 1, y el resultado le fue comunicado a las 48 horas.


Si bien la trabajadora se encuentra aislada, la empresa no ha aislado a sus compañeros y compañeras que se desempeñan en el mismo sector, por no tratarse de “casos estrechos”. Ello pese a que comparten lugares en común como ser el comedor y, en este caso en particular, el vestuario de mujeres.


Asimismo, los trabajadores de reparto Rappi que hacen los repartos del supermercado desde principio de año fueron desafectados de la tarea, debido a que habrían tenido una relación estrecha con la trabajadora con coronavirus. Los trabajadores de reparto vienen de realizar tres paros en reclamo de las medidas para prevenir los contagios, ya que no les brindan los elementos ni sus empleadores ni las empresas que los contratan.


El jueves por la tarde, la empresa cerró la sucursal para realizar la desinfección. “Este viernes a la madrugada la empresa envió la copia del certificado de desinfección que hizo, con los productos adecuados”, confirmó Dario Butera, director general de Trabajo de La Matanza y dirigente sindical de la Unión Ferroviaria a un medio local. La sucursal 51 estuvo menos de 24 horas cerrada.


Los contagios en los supermercados vienen en aumento y esto es producto de que la gran mayoría de las grandes cadenas no aplican un protocolo para prevenir los contagios. Apenas cumplen con la entrega de los elementos básicos, como barbijos y alcohol en gel. En el caso particular de la cadena Coto, en donde ya se registran 39 casos solo en la Ciudad de Buenos Aires y -con este último- 5 en el conurbano, los trabajadores siguen denunciando la falta de protocolos y, ante los reclamos, la empresa emitió circulares para prohibir que los repositores externos hagan conocer los contagios (Gestión Sindical, 2/6). También denuncian que en muchas sucursales no hay un límite de ingreso de los clientes. En algunas de las sucursales se le toma la temperatura al ingresar a los trabajadores y en otras, también a los clientes. Al parecer esto último quedaría a criterio de cada gerente. El accionar de esta patronal no sorprende en lo absoluto: ya habiéndose registrado casos positivos de coronavirus en el país y pasados diez días del anuncio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, sus trabajadores reclamaron ante la falta de los elementos y la respuesta del representante de Recursos Humanos fue que si no les gustaba la situación “se vayan a vivir a Cuba”.


El propio Alfredo Coto, a principios del mes de abril, expuso a las y a los trabajadores a un posible contagio. En esa oportunidad -y en la misma sucursal en donde se detectó el último caso de coronavirus-, hizo que sean las y los trabajadores quienes reclamen ante la clausura por parte del Municipio de La Matanza, por el hallazgo de productos que no cumplían con las normas y la reglamentación de sanidad. El reclamo estuvo también encabezado por Ramón Muerza, de un sector de la burocracia del Sindicato de Empleados de Comercio, y mano derecha y fuerza de choque de Alfredo Coto.


El Seoca y la Faecys, en la línea de las patronales


El Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines Zona Oeste (Seoca), dirigido por Julio Rubén Ledesma, actúa en la misma línea que la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) y que las patronales frente a la emergencia sanitaria por el coronavirus.


Por un lado, no han exigido de manera fehaciente a las empresas la implementación de protocolos sanitarios para la prevención del contagio por tratarse de una actividad esencial, con los trabajadores cien por ciento expuestos al contagio -ya sea por la dinámica que tienen los supermercados, que es constante, y porque son muchas las horas las que están en contacto con la gente. A lo que se suma que como la inmensa mayoría se traslada a su lugar de trabajo en el transporte público.


Los sindicatos han dejado que las empresas actúen a su antojo. Solo en los supermercados o mayoristas en donde los cuerpos de delegados actuaron de manera independiente, ante el inmovilismo del sindicato, pudieron imponerle a las patronales un protocolo. Es el caso del mayorista Diarco ubicado en el Mercado Central, donde los trabajadores impusieron el cambio de régimen laboral, trabajando 15 días corridos por mes y con 15 de licencia, sin afectar el salario. En otros, por el contrario, los delegados responden a las órdenes del sindicato.


Por otro lado, el Seoca se alineó a la par de la Faecys al pacto CGT -UIA, que no es otra cosa que un ataque directo a los trabajadores. No han tomado una acción directa por la pelea de un bono que compense el esfuerzo de los trabajadores mercantiles, ni reclamado la apertura de las paritarias.


Ante la parálisis de los sindicatos y los atropellos de las patronales, desde la Agrupación Clasista de Comercio planteamos la elaboración de un protocolo obrero, hecho por las y los trabajadores, que sea aprobado en asamblea. Y que el control de su aplicación sea llevado a cabo por delegados mandatados o comisiones elegidas por los mismos trabajadores. Planteamos asimismo la reapertura de la paritaria con un salario indexado a la inflación, reducción de jornada y un plus salarial de 20 mil pesos para la rama supermercados, por insalubridad.