Sindicales
10/12/2020
Crece la lucha de los trabajadores de maestranza
Realicemos asambleas, votemos un plan de lucha.
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La Naranja de Maestranza
Este último sábado se realizó en el Obelisco una movilización autoconvocada de trabajadores de maestranza reclamando una recomposición salarial, un bono de fin de año, entre otras reivindicaciones, en el marco de la negociación paritaria y la escalada inflacionaria. La movilización fue mayor a la que tuvo lugar los días previos en la sede del SOMRA de Parque Patricios, donde se hicieron presentes ante la falta de respuestas por parte de la burocracia que dirige el sindicato. En esa oportunidad, los trabajadores fueron atacados salvajemente por una patota, con el saldo de un trabajador herido por una puñalada y múltiples amenazas. El rechazo se hizo sentir con fuerza en la calle.
Salarios de miseria y precarización
En estos días el reclamo que gana peso es el del salario. El ingreso inicial de un trabajador de maestranza es de 26.812 pesos por una jornada completa. Es decir, un salario por debajo de la línea de pobreza, que se estima en 50.000 pesos de acuerdo a la canasta básica. Mientras la inflación se dispara, y se espera una espiral mayor al ritmo de distintos tarifazos, el salario de maestranza estuvo congelado todo el año. En este cuadro la conducción del sindicato negocia un mísero aumento de 2.000 pesos, que recién se completaría en abril. En la paritaria anterior el acuerdo fue de alrededor del 20%, contra una inflación que superó el 50%. Además, en miserables cuotas, y con una división del porcentaje entre el básico, el presentismo y los viáticos, que en el caso de los dos últimos se descuentan ante licencias. Con o sin pandemia, la miseria salarial es la regla.
Vale recordar que el personal de maestranza fue y sigue siendo esencial en la pandemia. Sin embargo, está sometido a la más brutal precarización. En el pico de contagios, los trabajadores estuvieron sumamente expuestos ante la falta o defecto de elementos de protección personal, la carencia de protocolos y el pluriempleo al que empujan los salarios de miseria. Las patronales no se hicieron cargo, limitando los aislamientos y empujando a los trabajadores al virus. Asimismo, la solicitud de ATP por parte de las empresas, algunas de ellas tercerizadas del Estado (como Sehos del GCBA), convirtió el cobro de los salarios en una lotería, sin siquiera la asistencia de una oficina de recursos humanos. En estos meses la desidia patronal fue completa, y la complicidad de la burocracia sindical del SOMRA quedó de manifiesto en la más completa inacción.
La burocracia del SOMRA: barrabravas, patotas, amenazas y provocaciones
El SOMRA está liderado por Oscar Guillermo Rojas desde hace ya casi dos décadas y en diversos períodos. Hay quienes manifestaron eventualmente sus sospechas por la muerte del tesorero del sindicato, luego de que había planteado formar una lista opositora. Rojas, acérrimo amigo de Luis Barrionuevo, echó en su momento a opositores de la junta electoral del sindicato a través de barrabravas de Independiente. El salvaje ataque de una patota a los trabajadores autoconvocados de los últimos días claramente es un modus operandi de una burocracia que no se diferencia de la portuaria, de la Uocra, o de la propia burocracia de José Pedraza que asesinó a nuestro compañero Mariano Ferreyra.
Ante los reclamos por los salarios y la paritaria, la conducción del sindicato expresó en sus redes “del problema se sale trabajando”, en una clara provocación. Las amenazas también estuvieron presentes con frases como “no pongas en riesgo tu continuidad laboral”. Es así que el destrato de la burocracia sindical ha dado lugar a planteos de desafiliación. Pero ésta sólo puede ser un paso adelante si es colectiva y conduce a una afiliación en masa en otro sindicato donde se puedan conformar juntas internas democráticas. De lo contrario, la desafiliación puede dar lugar a la atomización o a reemplazar una burocracia sindical por otra, objetivo que parecieran perseguir algunos mentores del planteo.
Por asambleas en los lugares de trabajo y un plan de lucha
La movilización del último sábado reflejó que hay fuerzas para pelear por una recomposición salarial del 40%, por un bono de fin de año, por los elementos sanitarios y las condiciones de trabajo. La burocracia sindical del SOMRA no tiene ninguna autoridad para encarar la negociación paritaria. Para reforzar esta pelea es necesario abrir paso a una organización colectiva en cada lugar de trabajo, convocando a asambleas que resuelvan medidas de acción directa -cortes de calle, movilizaciones, entre otras- y elijan delegados. Es el camino para un plenario de delegados que pueda resolver un paro de actividades y un plan de lucha de conjunto.
Se fundó la agrupación Naranja de Maestranza (prensaobrera.com)