Lucha obrera por vacunas, salarios y trabajo

El atropello patronal contagia.

Una de las facetas más reveladoras del crecimiento exponencial de contagios y muertes de esta segunda ola son las víctimas obreras infectadas en el propio ámbito laboral, algo reconocido por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT). En el año 2020, el 76 % de las muertes laborales fueron por Covid-19, pero solo se contemplan las de aquellos trabajadores registrados y en blanco. Computando al 40 por ciento de la clase obrera que trabaja en negro, la masacre laboral es con toda seguridad mucho mayor.

El ajuste inspirado por el FMI y el conjunto patronal del Frente de Todos  -con la complicidad del macrismo- domina la política oficial. No hay medida alguna para sostener una restricción de la actividad económica, garantizando salarios e ingresos de los “sin ingresos”. Consecuencia: el colapso sanitario por la saturación de las terapias intensivas, que a su vez se expresa en la dramática cifra de víctimas.

En este cuadro, la cuestión de la vacunación ha pasado al primer plano de los reclamos obreros. Por un lado un listado inmenso de esenciales que reclaman prioridad con todo derecho, porque se contagian laburando: docentes, embarcados, responsables de comedores comunitarios, obreros del neumático, camioneros de frontera, cajeros de supermercados y otros rubros, choferes de la UTA, bancarios que atienden al público… y siguen las firmas. Los reclamos sindicales empezaron a llover al Ministerio de Trabajo que se declara “fuera de jurisdicción”, al Ministerio de Salud que no atiende ni brinda solución ni siquiera a los burócratas más ligados. El reclamo de vacunación masiva tiende a extenderse a todo el movimiento obrero. Los gremios han empezado a contabilizar sus víctimas que presentan cifras estremecedoras.

La presión por el tema ha llevado al absurdo de que Pereyra de Petroleros pida autorización para comprar vacunas por parte del Sindicato por un importe de 6 millones de dólares, que tiene cash para el efecto. Una compadreada para zafar, cuando ni poderosas empresas logran comprar (tal vez haya algún pulpo petrolero atrás de Pereyra) y las propias provincias no han podido hacerlo porque los laboratorios negocian solo con Estados nacionales soberanos con respaldo de sus bancos centrales, bienes y reservas.

El crimen de no intervenir el laboratorio de Sigman, incautar las dosis, envasarlas y vacunar masivamente a la población mediante la sobrada capacidad científica y tecnológica instalada, pública y privada, se paga en vidas. En este cuadro, ante los anuncios de la llegada de millones de dosis los sindicatos combativos como el Sutna, la AGD-UBA, los Sutebas, Ademys, etc. se han puesto a la cabeza del reclamo según sus prioridades y ante el Estado. El Suteba la Matanza relevó a 2.500 docentes del distrito sin vacunar y reclama por ello movilizado, la AGD arrancó el compromiso de vacunación de los colegios preuniversitarios y tras ellos el resto.

La CGT satisfecha

La cúpula de la CGT se reunió con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y los ministros de Trabajo, Claudio Moroni, y de Salud, Carla Vizzotti. La reunión, sin embargo, abordó temas muy ajenos a la situación gravísima por la que atraviesa la clase obrera.

La reunión que, según la descripción periodística estuvo regada por una comida de bruschetta, carne con papas y frutas y helado de postre, tuvo por motivo esencial defender el lugar de sus directores en la Superintendencia de Salud, ante una puja por el control de ese ente clave en el manejo de los fondos de las obras sociales, que el  kirchnerismo les disputa. La respuesta de no innovar de los funcionarios de Alberto Fernández  tranquilizó a la cúpula cegetista, ajena por completo a cualquier reacción de conjunto, ante los millones de trabajadores que siguen despedidos, ante los contagios y ante el deterioro salarial y jubilatorio.

Luchas salariales, se calientan las paritarias

La escalada inflacionaria que lleva seis meses desde diciembre al 4% mensual está calentando las paritarias. Ya no se trata solo de la heroica huelga general de los autoconvocados de la salud de Neuquén que arrancaron un aumento del 53%, de la huelga de abajo vivitivìnicola, los piquetes autoconvocados de la UTA por $100 mil de salario y vacunas o la revisión del Sutna que alcanzó el 54% punta-punta, con cláusula gatillo de cinco puntos más cualquiera sea la inflación al 30 de junio. Ahora se sumó un creciente movimiento de internas combativas de ATE Capìtal contra la paritaria del ajuste, como la llaman ellos, que consolida la pérdida 2020 con más pérdida en las cuotas de 2021 que totalizan 35%.

Pero ahí no termina la cosa. Grandes gremios empezaron a chocar con las pautas de Guzmán. La patronal se ha aprovechado de la pandemia para deprimir salarios y atropellar convenios en numerosas actividades. Pero con la reactivación de ciertas ramas industriales y la avivada escandalosa de otros sectores que siguen ganando fortunas como la industria de alimentación que no se detuvo nunca o los bancos, la propia cooptación de la burocracia se ha empezado a complicar. Se lo escucha furioso a Palazzo reclamar adelanto de la revisión y amenazar con paro general bancario porque quedó inmolado en el 29%, justamente el líder de la Corriente Federal, el más kirchnerista de todos. En la Alimentación empezaron paros de dos horas por turno porque hoy la pauta de Guzmán es intragable y los sectores combativos pueden progresar. Hubo paro de las refinerías petroleras contra el absurdo de pagar el aumento 2021 en el año 2022. Ante esta realidad los Moyano también empezaron un minué por ahora publicitario para romper los techos paritarios.

Más que nunca, vamos por asambleas que planteen el reclamo salarial, por revisiones y reaperturas de paritarias con paritarios electos y mandatados. Hay que quebrar desde las luchas obreras el pacto social de hecho que hace aguas

El Plenario del Sindicalismo Combativo

Los sindicatos y seccionales del Plenario del Sindicalismo Combativo, que agrupa también a agrupaciones piqueteras independientes del gobierno como el Polo Obrero, salen a enfrentar de conjunto esta situación bajo las consignas de vacunas, salarios por encima de la inflación, defensa de los convenios colectivos de trabajo, salario de emergencia para los desocupados de $40 mil, y  jubilaciones que cubran la canasta del trabajador pasivo, paritarias libres, no al pago de la deuda externa, no al pacto con el FMI. Las agrupaciones autoconvocadas de jubilados movilizan el 9 de junio a Plaza de Mayo.

En función de esa necesidad, se ha convocado la reunión de la Mesa Nacional del Plenario del Sindicalismo Combativo el lunes 7 de junio para abordar, ampliada a todos los sectores en lucha, para la organización de una jornada nacional de protesta y un plan de acción, brindando una perspectiva de conjunto ante la entrega de las centrales obreras.