Los trabajadores despedidos de Cresta Roja vienen dando una lucha sin tregua por su reclamo de reincorporación inmediata a sus puestos de trabajo y pagos indemnizatorios y salariales adeudados desde que la vaciadora patronal de Proteínsa entrara en concurso de acreedores. La empresa fue adquirida en marzo de este año por US$80 millones por parte del pulpo Granja Tres Arroyos, que recientemente también acaba de adquirir el frigorífico Avex por US$ 50 millones, una empresa del gigante brasileño BRF. Es de esta manera que con la adquisición de Cresta Roja y Avex, el grupo Granja Tres Arroyos controlaría el 25% del mercado avícola. El plan de reestructuración del nuevo grupo capitalista está basado en la precarización de las condiciones laborales, las suspensiones y el despido de cientos de trabajadores con antigüedad. Los trabajadores, según la empresa, “no podrán hacer ningún reclamo" y "quienes no presten conformidad al proyecto de la empresa quedan automáticamente excluidos de la posibilidad de ser convocados. La Secretaría de Trabajo a cargo de Jorge Triaca ha avalado todos estos ataques patronales contra las condiciones de trabajo, acordando el “plan de adecuación” de la empresa con el pretexto de “preservar fuentes de trabajo”. La planta 2 de Cresta Roja reabrió sus puertas en noviembre con tan solo 180 operarios de más de 1200 trabajadores que habían sido despedidos en los últimos años. Aquellos que no fueron incluidos en la tanda de reincorporaciones decidieron acampar en sus puertas y cortar la avenida Fair.

En este cuadro, luego de sostener durante dos semanas el acampe en el portón de Planta 2 y ante la falta de respuestas, tanto por parte de la empresa como del gobierno, los trabajadores decidieron una acción de bloqueo en la entrada de la empresa. La respuesta del gobierno no se hizo esperar y enviaron fuerzas policiales a disparar balas de goma y gasear a despedidos que no tienen para comer.

Los trabajadores, víctimas de una verdadera cacería policial, fueron reprimidos en las proximidades del barrio San Ignacio, cuyos vecinos se indignaron al ser testigos de la brutalidad con que actuaron las fuerzas de seguridad contra los trabajadores y al solidarizarse con ellos sufrieron también la represión y cinco detenciones. Estos últimos denunciaron que la policía, incluso, irrumpió violentamente dentro las casas para llevarse a los detenidos.

El denominado “Operativo Diciembre Feliz” de Macri y Bullrich, que comenzó en Constitución con el envío de infantería contra las organizaciones de desocupados, se ha extendido al conjunto del movimiento obrero que pelea contra los despidos: los trabajadores de Siam y los gráficos de Interpack también sufrieron la represión.

Pero frente a la política represiva del gobierno, los trabajadores no se amedrentan y deciden ampliar la lucha. En el día de ayer, en la plaza frente a la estación de Monte Grande, los trabajadores despedidos de Cresta Roja convocaron a distintas agrupaciones políticas y sindicales a realizar una asamblea abierta para debatir el curso de la lucha, luego de la brutal represión policial que sufrieron en el portón de la planta de El Jagüel. La asamblea votó llamar a una gran movilización en repudio a la política de represión del gobierno y por sus reivindicaciones urgentes: el pago de salarios, la indemnización adeudada y la inmediata reincorporación de todos de los trabajadores despedidos. La movilización adquiere un rasgo especial: los trabajadores también decidieron que la movilización pase por el barrio San Ignacio, cuyos vecinos fueron víctimas de la represión policial y detenidos por solidarizarse con los compañeros despedidos. La movilización asume características de rebelión.

Los trabajadores de Cresta Roja convocan al pueblo, a los sindicatos y agrupaciones políticas y sociales a apoyar esta lucha y a movilizarse masivamente en repudio a la represión, el día jueves 27 de diciembre, partiendo a las 16 hs desde la Estación El Jagüel, pasando por el barrio, hasta concentrar en la misma puerta de la planta.

¡Viva la clase obrera que lucha!