Sindicales

27/3/2024

Crisis automotriz: no al plan de reducción de personal y flexibilización de Toyota… y el Smata

Anunció un plan de "retiros voluntarios" que encubre despidos y un mayor ataque a las condiciones de trabajo.

Una actitud pasiva de la conducción del Smata.

Toyota acaba de anunciar un plan de “retiros voluntarios” que, como se sabe, siempre encubre despidos y un mayor ataque a las condiciones de trabajo. Siendo la planta estrella de la industria automotriz, Toyota afirma que debido a la baja de producción estimada para 2024 en 25.000 unidades menos, producto de la recesión, deberá reestructurar su plantilla de empleados.

La compañía comunicó al Smata la situación y le presentó un plan de reducción de personal que afectará a una cantidad de 400 compañeros. Como era de esperar, la dirección gremial salió a mostrar “su preocupación”, aclarando que las condiciones de los arreglos económicos para los retiros aún no están acordadas pero que serán lo mejor que puedan conseguir. ¡En lugar de defender los puestos de trabajo el Smata ya aceptó el plan de achique de la patronal! La incertidumbre que genera esta actitud de la dirección sindical es deliberada: en pos de no perder el trabajo, que los trabajadores acepten las nuevas condiciones se presenta como el mal menor.

Poco después la empresa notificó que la oferta consiste en la indemnización de ley más 12 salarios básicos, de acuerdo a la categoría.

Los representantes gremiales aseguran que el difícil momento que atraviesa la industria automotriz es debido a las decisiones económicas tomadas por el actual gobierno, en un proceso de recesión generalizada. Pero, con los matices o incluso diferencias que puedan tener con Milei, las patronales bancan a muerte la ofensiva oficial contra los trabajadores y se montan en ella para avanzar con sus propios proyectos de racionalización. Es lo que hace Toyota.

La reducción de personal se complementa con el aumento de los ritmos de producción, saturando los tiempos de cada puesto de trabajo para no perder productividad ante la salida de los compañeros que “arreglan”. En la misma orientación se inscriben los acuerdos salariales que corren a la inflación desde atrás provocando una constante pérdida adquisitiva para los trabajadores.

La actitud pasiva del Smata ante el ajuste que están planteando y llevando a cabo la mayoría de las terminales automotrices le da tiempo a las patronales para lograr sus cometidos. ¡Hay que rechazar los despidos encubiertos! No queremos ningún puesto de trabajo menos; la alternativa es el reparto de horas laborales, sin reducción del salario. Las empresas han acumulado durante años un colchón de super-ganancias. Ahí están los recursos para enfrentar la crisis actual. ¡Que el ajuste lo pague “la verdadera casta”, las patronales y los especuladores financieros!

El reparto de horas será además una forma de atenuar las pésimas condiciones de trabajo, para no ser la variable de ajuste de los patrones y seguir “rompiéndonos” o sufriendo el incremento constante de enfermedades profesionales.

Ningún compañero sin trabajo. Hay que organizarse desde abajo, para exigir asambleas por sector y un plan de lucha progresivo, para frenar el plan de reestructuración de la patronal.

Luego del paro nacional del 24 de enero, la CGT y las CTAs han vuelto a guardarse. No vamos a frenar la ofensiva de Milei con declaraciones o reuniones con diputados. Las centrales obreras deben convocar sin demora a un nuevo paro nacional, con continuidad, hasta revertir el avance brutal sobre los derechos de los trabajadores por parte de las patronales y los gobiernos, nacional y provinciales. Solo la derrota de Milei abrirá una perspectiva favorable a la clase trabajadora.