Sindicales
9/4/2014|1309
CTA: la lista de la izquierda y el clasismo
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La Coordinadora Sindical Clasista presenta una lista nacional con un millar de candidatos, además de 17 listas provinciales y 50 seccionales. La Coordinadora constituye un reagrupamiento político contra la burocracia. Es de lamentar que el PO deba asumir esta tarea sin el apoyo del resto del Frente de Izquierda.
Se largó la elección de la CTA. La Coordinadora Sindical Clasista ha conformado una lista nacional encabezada por importantes dirigentes sindicales de la central como María Elena Molina, adjunta de Amsafe-Rosario; Santiago Gándara, de AGD; Patricia Jure, de Aten; Marín Dalmau, de los docentes mendocinos; Alejandro Sánchez Moreno, de ATE-Educación La Plata; Anabela Allochis, de docentes de Córdoba; José Piazza, del Teatro Colón; Miguel del Plá, de Santa Cruz; José Luis Perea, paritario nacional de ATE, entre unos mil candidatos de todas las provincias.
Además, la CSC presentará listas provinciales en Salta, Tucumán, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero, Misiones, Formosa, Chaco, La Rioja, Córdoba, Santa Fe, Santa Cruz, Río Negro, Buenos Aires, Capital e integrará listas locales de frente único antiburocrático en Neuquén y Mendoza. Es decir 17 listas provinciales y casi 50 listas seccionales y regionales en todo el país.
La lista de la Coordinadora Sindical Clasista es un vasto reagrupamiento político contra las fracciones sindicales del gobierno y de la burocracia sindical en general. El desarrollo de la izquierda, en especial entre docentes y estatales es un factor fundamental en la pelea estratégica por la disputa de la dirección del movimiento obrero contra la burocracia sindical de los Caló, Moyano y Yasky. Pero al mismo tiempo esta lista de la izquierda y el clasismo en las elecciones de la CTA opositora, enfrenta a la centroizquierda michelista. Los luchadores de la central tendrán un canal para luchar por una perspectiva general de unificación del movimiento obrero en su conjunto sobre nuevas bases: el congreso de bases, la independencia de clase, la democracia sindical, la expulsión de la burocracia sindical. El Frente de Izquierda se fortalece en el movimiento obrero ofreciendo una salida a la descomposición de la central, mediante un programa de independencia política del movimiento obrero. Tarea que, como se verá, asumió el Partido Obrero sin el apoyo del resto del FIT.
El PTS e IS, unidos hoy en la Mesa de Atlanta con el “Perro” Santillán, optaron por la abstención nacional, lo que significa renunciar a una lucha política decisiva y avalar por omisión. Quienes nos criticaron de “alianza con el michelismo” por las acciones de lucha conjuntas el 19 de diciembre y 12 de marzo, ahora renuncian a la lucha por una nueva dirección de la CTA, hasta hoy conducida por la centroizquierda que la llevó a la actual situación practicando seguidismo primero a la Alianza, luego al kirchnerismo, más tarde a Binner, es decir a variantes políticas de colaboración de clases.
El MAS y Lerer, del Garrahan, han decidido hacer una nómina nacional y tal vez de capital y algún distrito más, sin sustento, en un desvarío que presenta una excusa autoproclamatoria que compartieron con el PTS en algunas fases de la discusión, que el PO integra una lista de frente único, con Aten a la cabeza y la izquierda neuquina y una fracción del michelismo que enfrentará al yasquismo provincial.
Digamos claramente que la de Neuquén será una de las batallas más importantes de esta elección, por ser la seccional de más historia y masividad y por disputar de igual a igual con el yasquismo que pretende retener la conducción. Al mismo tiempo una victoria rodeará a Aten de una central para ampliar el frente de lucha contra el sapagismo y el kirchnerismo por todas las reivindicaciones, hoy en pleno proceso huelguístico. Una victoria reforzará las posibilidades de abrir un curso de lucha a Zanón en grave situación. Es decir que el divisionismo del PTS, MASD e IS en Neuquén es criminal.
La lista neuquina, por otro lado va desprendida de toda lista nacional y por lo tanto del michelismo. La izquierda podrá hacer campaña nacional por la lista del clasismo con toda libertad y con enormes posibilidades. En Aten han ganado las mociones más combativas y el pleno de secretarios generales y las principales asambleas han votado apoyar los proyectos de salario y prohibición de despidos del Frente de Izquierda.
La otra experiencia revolucionadora del panorama nacional de la elección es Mendoza. Allí la combativa dirección de ATE también ha girado a la izquierda formando lista con las agrupaciones de la CSC-PO. Soledad Sosa (judicial diputada nacional rotativa del Frente de Izquierda) integrará la nueva dirección como adjunta junto a “Polo” Martínez Agüero, representante de ATE de la línea de la histórica dirigente Raquel Blas, en lista desprendida de la lista nacional michelista. El desplazamiento ha costado el alejamiento por ahora de la dirección judicial, del PCR de Adium y del MST, estos últimos los más acérrimos defensores de la lista nacional michelista.
En Santa Cruz, la Verde michelista vetó al PO en una lista local con gran presencia de Adosac y encabezada por judiciales, pero al final se delató a sí mismo retirándose. Allí también integramos una lista que puede ganar y poner en pie un verdadera central obrera que la provincia no tiene.
Los Suteba combativos estarán formalmente en el padrón aunque su sindicato central no participa. Será en este sector, que viene de la extraordinaria huelga general, una oportunidad de politización del activo alrededor de la elección.
Las reinvindicaciones de la lista son las del 19 de diciembre y 12 de marzo, las de los Suteba combativos, las del plenario del Sutna. El punto clave es la batalla política planteada alrededor de la caracterización del gobierno y de la crisis, el papel del movimiento obrero y la huelga general, la delimitación del moyanismo y de todas las variantes patronales. Es decir un campo formidable de politización para la vanguardia obrera.