Sindicales

11/11/2010|1154

CTA: Tomada-Yasky avanzan sin resistencia

La cuestión de las nuevas elecciones complementarias ha ido para atrás; ha vuelto al Comité Arbitral, puesto que ambas listas han sumado nuevas denuncias de fraude al expediente. La 1 de Micheli logró que la Junta Electoral anulara las elecciones de San Martín, Tres de Febrero y Solano, así como mesas de Zárate-Campana y de Mar del Plata -esto sin traslado a ninguna otra lista, 40 días después de las elecciones. Por su parte, la 10 de Yasky pidió la nulidad de Morón y de algunas mesas de Navarro y Matanza. Jamás lograron ponerse de acuerdo en la reconvocatoria de la elección tucumana, que Yasky pretende completa y Micheli sólo la de carácter nacional, aunque el fraude no distingue categorías. En Misiones, hay asueto docente en la nueva fecha propuesta del 30 de noviembre, lo cual parece una picardía del inventor de la fecha.

Cuando los medios -no Prensa Obrera- daban por hechas las elecciones complementarias y con ellas la salida a la crisis de la CTA, esta crisis ha dado un nuevo salto. A partir de la decisión del Ministerio de Trabajo de convertir a Yasky en interventor de la CTA y de la aceptación por parte de ambas fracciones de nuevas elecciones en Esteban Echeverría (que no figuraban en la resolución del comité arbitral), el avance de Yasky resultó imparable. El sector Micheli recula todos los días; con tantos compromisos, se desvanece su pretendida mayoría, obtenida en la colosal diferencia de Jujuy, aunque luego la Tupac Amaru, de Milagro Sala, abandonó la CTA para militar en el kirchnerismo sin mediaciones -es decir que funciona para Yasky.

El Comité Arbitral habría sido cooptado por el kirchnerismo. No hay una llamada prórroga de mandato para Yasky, sino una intervención del Estado, el que a partir de esto se ha convertido en el único ‘comité arbitral’ de obediencia única. La ilusión de encauzar la crisis por la vía de un parche electoral delata el conservadorismo extremo de la Lista 1, que no quiere movilizar para no despertar un movimiento de delegados que escape a su control.

Es notorio que Micheli no está reagrupando a los gremios y a los activistas de los gremios de la Central, ni se pone al frente de la lucha por el juicio y castigo a los responsables del crimen político de Mariano Ferreyra, a pesar de que este asesinato ha puesto a la burocracia sindical oficialista o kirchnerista en el banquillo de los acusados por parte de la clase trabajadora en su conjunto -más aún, ha revelado que la organización sindical integrada al Estado por medio de una burocracia, es un peso mortal para el movimiento obrero. Tampoco está reagrupando a los delegados y sindicatos de base de la Central en torno de las reivindicaciones cruciales de salario, doble aguinaldo y 82%. En el caso de la dirección de Conadu Histórica, integrante de la Lista 1, abandonó tras la muerte de Kirchner la continuidad de la lucha por un refuerzo salarial, a pesar de que fue votada por una asamblea general de los docentes de la UBA. ATE, al igual que el Suteba van piloteando el fin del año para pasar a marzo.

La central alternativa no ha metido las narices en la lucha de los ferroviarios, la cual ha conmocionado, sin embargo, a todo el movimiento obrero y ha abierto una crisis gigantesca en el sistema de explotación de las contratistas y subcontratistas, como se advierte en el choque entre Moyano-Piumato, de un lado, y Cristina-Aníbal Fernández, por el otro, en torno del proyecto de ley que establece la responsabilidad de la empresa principal en los incumplimientos de las contratistas, que además añade la obligación de que el obrero tercerizado reciba el salario y las condiciones laborales superiores que se encuentren establecidas en el convenio vigente en su lugar de trabajo transitorio. El conservadorismo de la burocracia que proclama una independencia del Estado que no existe (sus sindicatos se rigen por la misma ley de asociaciones estatista) es insuperable. La renovación de la CTA solamente puede partir de una iniciativa de los delegados de base y de las bases.