Sindicales

19/12/2002|785

CTA: Un Congreso de impasse

El Congreso nacional de delegados de la CTA aprobó en Mar del Plata la constitución del Movimiento Político y Social. Este planteo, sin embargo, no avanzó más allá de la repetida formulación de un frente de colaboración de clases que ha sido, por otra parte, la política seguida por la Cta en su apoyo al Frepaso, a la Alianza y al Ari (dirigentes y parlamentarios de estas corrientes adornaron el palco de invitados especiales al Congreso).


En su informe de apertura, Víctor De Gennaro encuadró los límites del debate y del propio “lanzamiento” del movimiento político: “La Cta no se va a dividir… (porque) jamás pensó en constituirse en un partido político”. La advertencia de De Gennaro anticipó lo que sería el clima imperante en un Congreso dominado por las tensiones y choques internos del propio aparato ceteísta, donde conviven las distintas fracciones alineadas con una centroizquierda dividida en su apoyo al Ari, a Alicia Castro, o a Kirchner. Quienes creyeron ver en el movimiento político de la Cta ya no un PT, pero sí una fuerza electoral encabezada por la candidatura de Víctor De Gennaro, se fueron como vinieron… sin nada. El “lanzamiento” del MPS se dejó para futuras asambleas a “lo largo del 2003”.


 


Un Congreso vacío y vaciado


El Congreso de la Cta fue un encuentro vaciado de activismo y donde el aparato se contó las costillas. La “representatividad” del Congreso estuvo prefijada para asegurarle a la conducción degennarista una mayoría sin complicaciones que no cuestione la tregua con el gobierno de Duhalde, ni tampoco el apoyo dado al gobierno de la Alianza, que llegó al extremo de la deserción del Argentinazo del 19 y 20 de diciembre del 2001. Los congresales fueron “seleccionados” a través de un filtro riguroso, apelando a elecciones de dos y tres años atrás, a dedo, a una movilización indiscriminada sin debates o asambleas previas (especialmente en la abultada delegación de la Ftv de D’Elía) y al ahogo económico para bloquear la concurrencia de los opositores (así fue con la clasista Cta de Santa Cruz, que presentó un documento propio llamando a la Cta oficial a romper con la burguesía y con la tregua). Por si fuera poco, el reglamento del Congreso estuvo diseñado para impedir los despachos por minoría, mientras un batallón del aparato recorría todas las comisiones votando en bloque las mociones de la dirección.


Si algo caracterizó a la dirección degennarista y a todas las fracciones ceteístas fue su sistemática oposición a la rebelión popular y a marchar el 19 y 20 de diciembre para echar al gobierno y a los gobernadores y completar las tareas pendientes del Argentinazo. La Cta presenta al MPS como un instrumento necesario para “acumular” y “superar” las insuficiencias del movimiento popular que expulsó a De la Rúa, pero quienes se arrogan el papel de maestros ciruelas son poco “creíbles”. La misma Cta que decidió por voluntad propia estar ausente del Argentinazo, hoy repite con Duhalde para no afectar la gobernabilidad. Por otra parte, no es la “acumulación” sino el objetivo de completar y llevar la rebelión popular a la victoria lo que crea los instrumentos y medios revolucionarios para avanzar en dirección hacia el poder, luchando por una Asamblea Constituyente soberana que gobierne y reorganice política y socialmente al país.


 


Impasse


De Gennaro repitió por enésima vez, durante el Congreso, que no quiere un PT sino un “entero” que agrupe al 80% de la población y excluya a los “corruptos”; es decir, la reconstitución de una nueva “Alianza” para la cual aporta su programa de “shock productivo”, basado en la utilización masiva de beneficiarios de Jefes y Jefas de familia y mano de obra barata con seguros de “empleo y formación” que no cubren ni la mitad de la canasta alimentaria.


Pero la aprobación del “Movimiento Político y Social” no supera la impasse de la Cta ni la propia fragmentación del centroizquierda. Sobre el escenario del Congreso impacta el empantanamiento del plan político y electoral de Duhalde, que el centroizquierdismo ha acompañado en agachadas y condicionamientos. No debe olvidarse que la propuesta original del “movimiento político y social de la Cta” fue convergente con el lanzamiento del “Espacio Ciudadano”, y que este espacio se hundió en menos de un mes. Desde entonces, la Carrió se separó de los “socialistas” y se rompió el bloque parlamentario del zamorismo con acusaciones cruzadas contra su jefe por “autoritarismo político”. Lo que sí unifica a este abanico disperso es su declarada hostilidad a la rebelión popular y al Argentinazo.


De conjunto, el Congreso puso de relieve la impasse y la dificultad de la Cta para reconstruir una nueva Alianza, porque el fracaso del podrido gobierno de De la Rúa, Chacho y Cavallo es una hipoteca demasiado pesada para levantar. El MPS es un taparrabos para disimular el apoyo al centroizquierda, confirmando una vez más que la Cta es tributaria de los frentes y partidos políticos de la burguesía y la patronal.


 


Sapos y culebras


El degennarismo maniobró a izquierda y derecha para sortear un Congreso que po co tenía para ofrecer. El Congreso “dibujó” una moción que propone marchar el 20 “a las plazas y a la Plaza de Mayo” sin levantar la consigna política central, que es la expulsión del gobierno saqueador con la movilización popular.


Es por lo tanto una maniobra y una acción divisionista porque desconoce el programa de los convocantes que llaman a cacerolazos, piquetes y manifestaciones de masas para acabar con el gobierno de Duhalde.


Esta resolución del Congreso es un blanqueo y no una ruptura de la tregua, como sí lo cree la “oposición” agrupada en torno a la mayoría del Suteba Matanza y Ate Sur, sostenida por el peso organizativo del Partido Comunista. A la “oposición” le bastó el señuelo de una moción ambigua y trucha para votar en bloque con el oficialismo un programa de más de 30 puntos, entre ellos la defensa del seguro de empleo y formación, “el Mercosur de los pueblos”, y el reclamo de que los capitalistas inviertan en la Argentina; es decir un programa que se emparenta con la Unión Industrial y que nada tiene de “independencia de clase”.


 


La intervención del Polo Obrero


Los congresales del Polo Obrero, actuando en común con los congresales de la Cta Santa Cruz, llamaron a movilizarse activamente el 20 para que se vayan Duhalde y los gobernadores, defendieron la Asamblea Constituyente, denunciaron al MPS como un frente con los patrones flexibilizadores oponiéndole un partido de trabajadores, e hicieron pública también la denuncia del apoyo de una fracción de la Cta oficial al “tirado” Kirchner. Habiendo sobrellevado el peso de la lucha por concurrir a la Plaza de Mayo (las intervenciones de la “oposición” obviaron este punto), la delegación del Polo y de la Cta Santa Cruz no se hizo eco de la maniobra trucha del degennarismo, ni votó en bloque con la dirección de la Cta.


Como sea, el clima de “unidad” duró poco, porque después de la “euforia” vino la decepción, cuando a instancias de D’Elía y con el guiño de De Gennaro se votó el reconocimiento único a la Ftv, proscribiendo virtualmente al Mtl del Pc y a otras organizaciones territoriales.


La falta de vitalidad y el burocratismo del Congreso de la Cta retrata acabadamente a un centroizquierda que sostiene al gobierno de Duhalde y es enemigo de la intervención independiente de las masas en la actual crisis política. La lucha popular pasa por otro lado, y así se expresará el 19 y 20 con la masiva convocatoria de la Asamblea Nacional de Trabajadores y el frente de organizaciones piqueteras que integra el Polo Obrero.