Marta Maffei acaba de anunciar que impulsará un paro nacional para el 8 de agosto. “Aunque todavía no fue ratificado por el plenario de gremios, la secretaria general … adelantó que hay muchas posibilidades de que se convoque a la medida de fuerza” (Clarín, 3/7).

En la gigantesca marcha educativa  del 20 de junio pasado, Maffei declaró que “la Carpa” era “el UNICO instrumento para enfrentar a los poderosos, a los ricos”. El hecho de que apenas dos semanas después de estas declaraciones, Ctera vuelva a plantear una medida de fuerza, revela la impasse en que se encuentra ese ‘instrumento’.

El ‘ayuno’ no ha logrado doblegar al gobierno; las negociaciones se encuentran total y completamente empantanadas.

Es necesario pasar a otra etapa. El paro anunciado por Ctera, sin embargo, no satisface esa necesidad, porque se trata de una medida aislada. Luego de la imponente huelga del pasado 20 y de la gigantesca marcha, plantear un paro de 24 horas, casi 50 días después (!!!), ni siquiera marca el paso en el mismo lugar. Ctera está buscando una válvula de escape a la tensión creciente que existe en las bases.

La política de Ctera consiste en‘administrar’ la movilización dentro de los límites admitidos por la oposición patronal antimenemista.

Ctera debe dejar de actuar como furgón de cola del Frepaso, la UCR y hasta del duhaldismo, y encarar una lucha a fondo.

Llamamos a pronunciarse por un plan de movilización que vote no reiniciar las clases luego de las vacaciones de invierno, hasta la satisfacción de las reivindicaciones planteadas, encabezadas por el reclamo de un salario básico de 700 pesos.