Sindicales
23/9/2021
Cupo femenino en la CGT, una maniobra burocrática para que nada cambie
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secretaria general de AGD-UBA
El congreso general extraordinario que convoca la CGT para el mes de noviembre discutirá la reforma de estatutos y, de acuerdo a lo anunciado, entre sus puntos figura incorporar el cupo femenino a la mesa de los “gordos” con “perspectiva de género”.
Se abrió así todo un debate en que el gran ausente es el programa de defensa del salario y el conjunto de los derechos de las trabajadoras, cómo enfrentar el acoso laboral, la precarización y flexibilidad que golpea a toda la clase obrera y la modificación de situaciones y condiciones laborales que prácticamente excluyen a la mujer de la participación gremial.
Por lo pronto, el anuncio está generando revuelo y debate. Las mujeres sindicalistas de la Corriente Federal ya están en campaña de defensa de sus sillones. A través de un documento exigen que se cumpla la ley del cupo (30%) en cargos titulares de las secretarías para el Consejo Directivo de la central. Con ese reclamo enfrentan la idea de muchos de la actual conducción de ubicar a las sindicalistas en “cargos alternos”, o sea de suplentes y por supuesto no en las secretarías general, adjunta y de hacienda. Entre sus declaraciones, luego de una referencia genérica a que las mujeres somos las que tenemos los peores índices económicos (en ocupación, salario y registración), sostienen que la participación de las sindicalistas dará mayor legalidad y legitimidad a la CGT. Sin embargo nada dicen respecto al programa para cambiar esa realidad, como si solo por ocupar un 30 % del comité central de la CGT lo fueran a lograr. Nada que extrañe, puesto que las “compañeras” de la Corriente Federal fueron parte del armado de todas las centrales para boicotear –y hasta frenar- las grandes marchas el 8 de marzo que convocaba la colectiva de mujeres.
Tampoco estuvieron en el pañuelazo que desde agrupaciones antiburocráticas y sindicatos clasistas le hicimos a la CGT el 10/7/18 cuando declaró que “si se aprobaba el aborto las obras sociales no podrían hacerse cargo de los mismos”. Es que de la mano del sindicalismo clerical, que abarca tanto a la CGT como a las CTAs, jamás estarán en primera línea los derechos de las mujeres trabajadoras. Un sindicalismo de clase y de emancipación de la mujer supone una lucha consecuente por la separación de la Iglesia y el Estado.
¿Qué campaña han desarrollado en plena pandemia frente al no respeto a las dispensas, para trabajo presencial o virtual, o por el libre acceso de la mujer al trabajo calificado con capacitación en horarios de trabajo? Ninguna. Al contrario, las compañeras bancarias, por ejemplo, no tienen ni lactarios ni licencia por familiar enfermo, y La Bancaria, uno de los sectores fuertes de la Corriente Federal, no habilitó el cese de tareas para las trabajadores para concurrir a la gran movilización el día que se discutía el aborto legal seguro y gratuito. La Federación Gráfica Bonaerense, también de la Corriente Federal, menos que menos.
Por el lado de los señores de la CGT las cosas no vienen mejor. “Es la última foto de una CGT de casi todos varones” -en realidad hay una sola mujer entre ellos-, declaró el burócrata de la Uocra, Gerardo Martínez. Hace unos pocos días Caló y Acuña salieron con declaraciones que ya iban preparando el terreno para que el cupo femenino sea apenas una pincelada. Mientras el secretario general de la UOM declaró que “hay pocas mujeres en la CGT porque no quieren participar”, el cotitular de la CGT no se quedó muy atrás sosteniendo que “las mujeres no han tenido vocación para participar en el sindicalismo”.
Finalmente, ya sea por las palabras y acciones de la cúpula “masculina de la CGT” como por el vacío contenido del reclamo de las mujeres sindicalistas de la Corriente Federal, el cupo de género, en caso de otorgarse, no significará ni un ápice de avance en los reclamos de las mujeres de la clase obrera. Sí es un condimento más a la complicada unidad que buscan y necesitan los distintos sectores en pugna del actual triunvirato. Será tan inútil como el cupo de las diputadas, la mitad de las cuales votaron contra el derecho al aborto legal.
En contraposición, desde la Coordinadora Sindical Clasista venimos peleando en cada uno de los sindicatos y lugares de trabajo en los que intervenimos, por un programa de salida a la situación de extrema precariedad, flexibilidad y vulnerabilidad laboral que hoy padecen las mujeres trabajadoras, como parte del ajuste que en su conjunto, patronales y gobiernos aplican, con el beneplácito de las centrales sindicales. Así lo hemos defendido en cada Encuentro Nacional de Mujeres. Somos quienes, de la mano del Polo Obrero y el Plenario de Trabajadoras, pusimos manos a la obra para construir la Agrupación de Trabajadoras de Casas Particulares, en la ruta de un verdadero sindicato de la actividad.
Desde la pelea por el cumplimiento de la obligatoriedad de salas maternoparentales y del pago de presentismo en todas las licencias, la organización de comisiones de mujeres y diversidades en los lugares de trabajo contra la violencia de género y el acoso laboral, junto a la defensa del Salario igual a la canasta familiar y de los convenios colectivos de trabajo, la lucha y organización contra la precarización laboral son parte de ese programa con el que enfrentamos la entrega de las burocracias sindicales y de la explotación patronal.
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