Lafsa fue creada tiempo atrás con el objetivo inconfesable de los 'nac & pop' de ayudar a sus amigos de SW. Por esto nunca llegó a tener aviones y sus trabajadores operaban en realidad para SW. Los recursos del Estado iban a parar a los Maggio y Eurnekian.

 

La subrepticia entrada de LAN, ante el derrumbe de SW, ha provocado la rebelión de los trabajadores de Lafsa. LAN se propone operar el único activo que cuenta Lafsa, sus quince rutas aéreas, a través de otras “compañías que no tienen activos”, hasta tanto se asocie a una empresa “nacional” mayoritaria ( La Nación, 12/3). Los trabajadores se oponen a este castillo de naipes.

 

Los trabajadores de ambas empresas, SW y Lafsa, necesitan unificar la lucha, apuntando a movilizar a todos los trabajadores aeronaúticos del país. Como el mercado aéreo se encuentra reactivado, existe la posibilidad de una lucha a fondo para imponer todos los reclamos. Nos referimos a la defensa de los puestos de trabajo, la efectivización de los contratados, la igualación de las condiciones de trabajo (hacia arriba, obviamente) y el pago en fecha de los salarios.

 

En ambas empresas la resistencia contra los atropellos y los abusos patronales tiene su epicentro entre los trabajadores organizados en APA, aunque no por la conducta de su dirección 'socialista', que ha fomentado el divisionismo y favorecido el contubernio con los Maggio.

 

La burocracia había desmontado diferentes inciativas del activismo de SW y de la Comisión Interna de Lafsa, que no controla, para impedir la movilización conjunta e iniciativas de lucha de mayor porte.