Sindicales

19/7/2001|714

Debuta la estabilidad de Ongaro

85 despidos en Total Gráfica; en Crónica, una huelga reincorpora 28


No alcanzamos a denunciar la estafa del acta firmada por Ongaro el 29 de junio. Entre ese día y el 3 de julio, Total Gráfica despidió 85 gráficos. El acta establece el “compromiso” patronal de “mantener el nivel de empleo”. Perfecta estafa para hacer pasar las paritarias negreras de la Bullrich, la eliminación del aporte previsional patronal y encima una cláusula de paz social.


El despido ataca un taller juvenil, que el sindicato no pisó jamás, pero que se organizó por su cuenta contra condiciones de explotación tipo Coto. Los compañeros llegaron a parar en repetidas ocasiones contra el atraso en los pagos, llegaron a defender a sus activistas mediante esa unidad desde abajo. A la hora del despido, se armó un piquete apoyado por la Naranja y el PO, pero no alcanzó; la falta de organización y el hartazgo de las condiciones de explotación fueron más fuertes. Otro genocidio contra la ocupación del gremio.


No terminó la semana y vinieron los 53 despidos de Crónica, incluyendo a 28 gráficos y que fueron revertidos por el fulminante paro de prensa y la valiente actitud de los despedidos gráficos. La burocracia jugó a entregar a los compañeros. Se tienen que ir, pero no sólo Cavallo y De la Rúa, no sólo Ruckauf o Romero; la cuestión del poder abarca a los sindicatos: fuera la burocracia entreguista de todos los sindicatos argentinos.


Se abrazaron todos en el salón blanco de la Rosada: De la Rúa, Cavallo, Bullrich y Ongaro. En una semana el gobierno incumplió la reactivación largando el paquetazo más depresivo que se conozca, las patronales despidieron en masa y días después los sindicatos se vieron obligados al paro general. A las pomposas “actas de competitividad” se las llevó el viento. Se tienen que ir todos.