Sindicales

14/11/2002|780

Decretan la “insalubridad” en beneficio de los Roggio y Techint

El gobierno nacional acaba de recurrir a un decreto de necesidad y urgencia para declarar el “estado de emergencia” en el transporte ferroviario y subterráneo. La norma suspende”los planes de inversión previstos en los contratos de concesión vigentes, para adecuarlos a las urgencias de índole económica y financiera existentes”. Es decir que se exime a las privatizadas de realizar las inversiones obligatorias comprometidas cuando se adjudicaron las líneas de trenes y subtes. En lugar de esas inversiones, se dispone un “programa de emergencia de obras y trabajos indispensables” que estará a cargo “de los aportes presupuestarios… y de otros fondos estatales”, mientras que los “ingresos propios del concesionario seguirán destinados… exclusivamente a la faz operativa de la prestación del servicio”. Las pocas obras a realizarse estarán a cargo del Estado, elevando colosalmente los subsidios que ya perciben los monopolios adjudicatarios de subtes y trenes. Según el gobierno, se pretende compensar a las privatizadas por la suspensión de los aumentos tarifarios. De todos modos, el decreto instruye “a la Secretaría de Transporte a efectuar los estudios para la redeterminación de la estructura tarifaria”. Es decir que la “huelga de inversiones” que se consiente a las privatizadas no impide la preparación del tarifazo.


La “emergencia” duhaldista favorece a Metrovías y otros pulpos; ahora que están en juego los beneficios de éstos, no hicieron falta “estudios técnicos” para verificar sus costos y su rentabilidad a lo largo de la última década. Los “estudios” se realizarán después que el decreto –con sus beneficios para las patronales– se ponga en marcha. En suma, para otorgarle la “insalubridad” a la patronal basta “la palabra” de los Roggio y compañía.


Pero la “emergencia” a favor de las privatizadas del transporte deja otro serio interrogante para los subtes: ahora que sólo se atenderán los trabajos “de emergencia” necesarios para que sigan funcionando, ¿qué ocurrirá con las obras que según la policía del trabajo de la Ciudad, disminuirían el nivel de ruido y mejorararían la ventilación y la iluminación? Con toda seguridad que serán “archivadas” y el subte será más insalubre que nunca. Bajo la “huelga de inversiones” admitida por el decreto de Duhalde, quienes están en “estado de emergencia” (con peligro para su vida y su salud) son los trabajadores de subtes y trenes: ¡seis horas ya!, y sin afectar el salario.