Sindicales

12/9/2002|771

Del acampe en el hospital a la marcha por el “hospitalazo”

Los trabajadores del Hospital Garrahan, el sector de enfermería de guardia y circuitos cerrados, la junta interna disidente de Ate (Ate de los Trabajadores) y la Lista Naranja que la integra, en el marco del plan de lucha y reclamos que vienen formulando, han resuelto en asamblea de los trabajadores impulsar un acampe en los parques del hospital a partir del lunes 26 de agosto, para reclamar la vigencia de las seis horas en los circuitos cerrados y la guardia, la denuncia de la grave crisis presupuestaria que atraviesa el hospital por la reducción de las partidas presupuestarias tanto por parte de Nación como de Ciudad (editorial de Tribuna de Salud N° 8), la confiscación de los recursos genuinos con la consiguiente reducción de los salarios y el aumento de la carga de trabajo por la falta de personal (áreas supernumerarias).


En este marco, cuando la propia dirección del hospital reconoce que no están garantizados los sueldos del personal ni la provisión de insumos y medicamentos a partir del próximo mes, se ha constituido una intergremial (Ate oficial, Upcn, Sutecba, Asociación de Profesionales) funcional a esa dirección y que, lejos de plantear un plan de lucha unitario junto a los trabajadores y denunciar a los responsables de esta situación – la conducción del hospital y los responsables de salud de Nación y Ciudad – , aprietan a los compañeros, les dicen que se están confeccionando listas de despidos, y han llegado al absurdo de decir (comunicado de prensa Ate oficial) que Nación ya había destinado una partida de 2 millones de pesos que nunca llegó, con el único objetivo de hacer fracasar la lucha de los trabajadores.


Esta posición colaboracionista fue expresada también en la Comisión de Salud de la Legislatura porteña, el miércoles 28; mientras los compañeros levantaban las carpas y se disponían a marchar, integrantes de la junta interna oficial de Ate aclaraban a los legisladores que ellos no tenían nada que ver con lo que pasaba en el hospital, que no estaban de acuerdo con las medidas y que seguían participando de la intergremial con las autoridades.


El acampe fue un triunfo: más de 20 carpas de compañeros de la guardia, laboratorio, circuitos cerrados, camilleros, asambleas barriales, Polo Obrero, integrantes de una murga…


Fueron tres días de deliberación y organización, con charlas preparadas por los mismos trabajadores, para los padres y su pares, desayunos y meriendas para los niños, murga y actividades plásticas…


Del acampe participaron más de un centenar de trabajadores; fue incesante el pasaje de compañeros de todos los turnos, que se acentuaba a la salida del horario de trabajo, y las muestras de adhesión y solidaridad con los luchadores…


Como estaba resuelto, el acampe culminó al mediodía del miércoles 28. A pesar de la intensa lluvia y el cansancio, un grupo de 70 compañeros se encolumnaron detrás de las banderas del hospital y marcharon a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, al “hospitalazo”.


Desde estas páginas denunciamos la actitud propatronal de los integrantes de la lista oficial de Ate; los trabajadores del hospital vienen haciendo toda una experiencia de clasismo y lucha independiente, y sacarán las conclusiones adecuadas del grado de descomposición política de la burocracia de Ate del hospital.