Sindicales
11/6/1987|185
Derrota de la Uocra Neuquén
Balance del Partido Obrero
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En el día de hoy, lunes 8, y sin que se consultara a la asamblea general, la dirección de la UOCRA Neuquén, encabezada por Evaristo Selesky, ha firmado un acuerdo con la Cámara de la Construcción, por el cual se levanta definitivamente el plan de. lucha del gremio. No hay aumento salarial ni pago de los días caídos; solo un préstamo de 80 a 100 australes a devolver en 5 cuotas. La UOCRA se compromete a “colaborar con las empresas y a no adoptar medidas de fuerza”. Por este acuerdo (¡y como castigo!) se deja afuera de los “beneficios” del préstamo a los trabajadores de aquellas obras que continuaron parando luego del levantamiento del martes 3. Así concluyó la tercera gran lucha dé los trabajadores de Neuquén en estos últimos 3 años.
El levantamiento se produjo cuando el paro aún se mantenía firme y con la perspectiva de empalmar con Piedra del Águila. Es que finalizaba la conciliación en esta obra y la patronal de UCASA mantenía su postura intransigente de no dar ningún aumento ni y reincorporar a los despedidos.
La dirección del conflicto (Comisión Directiva y Comité de Lucha) concluyó cediendo a las amenazas del Ministerio de Trabajo con un levantamiento en frío que se transformó en derrota en toda la línea.
Una dirección vacilante reducida a la impotencia
Se hace indispensable un balance de lo ocurrido con la dirección de la UOCRA Neuquén.
Este plan de lucha fue largamente anunciado, aunque nunca se tomaron medidas concretas para prepararlo. Sólo cuando estalló el conflicto de Piedra y después de varios días de dilaciones, el Plenario de Delegados, empujado por el activismo, logró definir fechas ciertas para las medidas de lucha. A esta-atura, los huelguistas de Piedra ya llevaban 2 semanas de lucha y los trabajadores de Agua Pesada tomaban medidas de fuerza (paró y corte de ruta) contra los despidos en Sideco Americana.
Durante los veintitantos días que duró la huelga de Piedra se procuró mantener separados a los obreros, como si se tratara de diferentes gremios o su lucha fuese por motivaciones diferentes a las de toda la UOCRA. Se llegó al extremo de colocar la olla en Cipolletti, Río Negro, en nombre de que allí estaba la sede de Hidronor. La realidad es que Sapag ya había presionado para evitar que fuese instalada en el centro de Neuquén. Así se sometió al aislamiento a la olla. Se volvió a resucitar la “multi” mediadora que sólo se dedicó a bombear la olla y concluyó pidiendo su desalojo al juez.
Sin embargo, a pesar de todos los bloqueos el movimiento logró abrirse camino. El martes 12 una impresionante movilización reunió a los trabajadores de la UOCRA capital, con los de Piedra en el puente que une las provincias. Se formaron los piquetes y se preparó la huelga indefinida para el 18.
En estas condiciones, el levantamiento de la huelga en Piedra, acatando la conciliación, fue un duro golpe a las perspectivas de esta lucha. Las patronales obtenían un objetivo decisivo: impedir la unificación definitiva de todo el gremio. En la asamblea de Piedra los miembros de la CD y toda la “izquierda" instaron a levantar, mientras la interna descargaba sus ataques al P.O. por oponerse a la conciliación.
Lanzada la huelga indefinida, se dilató una semana en poner la olla.
Cuando ya era un reclamo generalizado, se accedió a ponerla, pero no en el lugar “histórico" de la huelga del ’84, sino en la Catedral. Vacilaciones en formar los piquetes, vacilaciones en organizar la solidaridad de la población, siempre a la espera de alguna solución "de arriba" que no obligara a la profundización del movimiento.
Cuando el Cuerpo de Delegados eligió un Comité de Lucha integrado por los mejores activistas, la CD “abrió” sus filas a quienes quisieran ingresar, dándole lugar a cuadros de las distintas corrientes sin representatividad alguna, quebrando su funcionamiento interno y anulándolo como instrumento eficaz de organización.
La preocupación por “no irritar a la opinión pública” burguesa, por aparecer como una dirección sindical “civilizada” en comparación a los huelguistas del ’84 condenó a la C. Directiva a la impotencia.
Bien que es cierto que en la Directiva hay elementos notoriamente patronales, vinculados ayer al radicalismo y hoy en el Movimiento Popular Neuquino, no fueron éstos los que pesaron en el desarrollo y desenlace de esta lucha. El sector mayoritario, encabezado por Selesky, tenía la oportunidad de una lucha victoriosa y la desaprovechó. Por primera vez Piedra y el resto del gremio podían salir juntos, con un gremio liberado de la burocracia y en un momento de crisis política en las filas de los explotadores.
En cambio, esta derrota en frío, abre la posibilidad de un contraataque patronal y burocrático. Hay rumores de intervención a la seccional y de renuncias.
Es probable que ante esta situación las corrientes oportunistas quieran sacar leña del árbol caído y hasta procuren beneficiarse de una eventual intervención. Desde ya denunciamos al Mas, quien se opuso a la huelga indefinida, llamó a levantar en Piedra "porque se había ganado un round” y boicoteó los piquetes en nombre de que no era democrático presionar a los cameros. El P.O., que mantuvo un contacto permanente con los huelguistas y fijó su posición a cada paso de esta huelga llamó también a repudiar cualquier intento intervencionista de la burocracia de Farias con el paro y movilización inmediatos. La conducta de los dirigentes del gremio sólo puede ser juzgada por los trabajadores.
El fracaso de esta dirección y el que no haya podido ser superada durante este movimiento revela el retraso en estructurar un poderoso agrupamiento clasista, tarea fundamental del activismo de esta huelga.