Sindicales

3/6/2004|853

Derrotamos una nueva conspiración

Las denuncias de los trabajadores de Transporte del Oeste acerca de una conspiración por parte de las empresas contra el restablecimiento del servicio respetando los derechos laborales y a los usuarios, se han visto completamente confirmadas. El Concejo Deliberante de Merlo aprobó, por orden de Otacehé, en forma sorpresiva y en tiempo récord, una ordenanza que le entrega los recorridos de la 503, que pertenecían a Transporte del Oeste (por la estratégica ruta 202), a la empresa de la zona, 216. Otacehé desconoció los acuerdos que él mismo había firmado con las otras jurisdicciones (nación, provincia y Morón) para una solución en bloque que preservaba la totalidad de los puestos de trabajo y evitaba el desmembramiento de TDO. La 216 se haría cargo del servicio sin absorber un solo trabajador de TDO; en otras palabras, superexplotando a su propio personal y seguramente suprimiendo algunos tramos, los menos rentables y aumentando tarifas, como ya lo ha hecho con otros recorridos que absorbió en el pasado.


Una vez conocida la decisión de Otacehé, las empresas de la zona oeste que habían formado una sociedad anónima, “Transoeste”, para hacerse cargo del servicio, informaron que se bajaban del caballo y desistían de la operación. El grupo empresario, “Ecotrans”, ligado al grupo Plaza, dice, sigue en carrera pero siempre que se respete la resolución original (es decir, el acuerdo en bloque de todas las jurisdicciones incluyendo Merlo).


La pretensión de Otacehé de valerse del sigilo, sin embargo fracasó. Varias decenas de micros de TDO con centenares de choferes, sus familias y usuarios rodearon el Concejo Deliberante de Merlo. Después de varias horas de permanencia, la jornada (el 1° de junio) culminó en el acto convocado en la Plaza de Morón, que congregó a una multitud y, lo más llamativo, a las mujeres e hijos de los choferes, así como a centenares de usuarios con sus carteles identificatorios de los barrios, en especial de los más afectados por la paralización de los servicios. Se podía distinguir a los barrios Mariano Acosta, Ferrari, Manzanares, Los Pinos, San José, cuyos representantes hicieron uso de la palabra. Fueron de la partida también docentes y estudiantes, tanto de la Educación General Básica como de los polimodales y la Universidad. Fue un auténtico movimiento popular con más de 3.000 concurrentes. Hay que escarbar bastante para atrás, como lo reconocieron algunos cronistas, para recordar un acto de tales dimensiones.


El acto en Morón remató una intensísima campaña de movilización, que arrancó una semana atrás y que tuvo a los choferes de TDO, a sus mujeres y las organizaciones del Polo Obrero como motores principales.


Decir que esa campaña “revolucionó la zona oeste” no tiene un gramo de exageración. Un indicador de la campaña lo constituye las 50.000 firmas reunidas apenas en pocos días, en favor del petitorio en apoyo a la lucha de TDO. Donde más firmas se obtuvieron, con gente haciendo cola a la salida de la estación, es en Merlo, es decir, en el territorio de Otacehé, donde está alojado el corazón de la conspiración.


Otra cuestión, por cierto no menor, es la deliberación popular que suscitó la campaña. La introducción del conflicto de TDO en las barriadas dio pie a verdaderos debates colectivos que se vinculaban inmediatamente, con la crisis más general del transporte, en especial, con el estado deplorable y las condiciones en que se viaja en los trenes, y de allí se relacionaba con las penurias más generales que están padeciendo las familias trabajadoras, víctimas de la bancarrota y la extorsión de la clase capitalista. Esta deliberación se trasformó, en algunos casos, como en Mariano Acosta o Manzanares, en un ensayo de asambleas populares donde se puso sobre el tapete a la par del transporte, otras cuestiones vitales y apremiantes para la población: la seguridad, la educación, la salud, la obra pública, y naturalmente, surge en forma natural, la necesidad de una salida de conjunto a los problemas planteados.


Trazado este panorama, ¿qué hacer?


En primer lugar, toda la artillería debe apuntar hacia Merlo. Luego de tamaño atropello, no hay otra que redoblar la apuesta. El distrito de Merlo debe ser sacudido en todos los rincones hasta derrotar la conspiración. Organicemos brigadas de los choferes recorriendo todas las líneas de transporte locales, improvisando asambleas en todas las cabeceras, incorporando a los choferes a la deliberación y reclamando en común a la UTA un paro general de la zona oeste en forma inmediata. No debe circular un solo colectivo de la 216 en los recorridos que pertenecen a TDO. Sería importante lograr un pronunciamiento de los compañeros de la 216 en ese sentido.


Por otro lado, la adhesión popular que se puso en evidencia en esta última semana es un factor clave que debe ser alentado y ampliado para remontar la situación e inclinar la balanza para la causa de los trabajadores. Las barriadas, empezando por las más afectadas, deberían ser recorridas y multiplicar los pronuciamientos y por supuesto, las asambleas. El desafío es mostrar que la lucha de TDO ha calado en el pueblo y que constituye un causa popular. Esta tarea preparatoria tiene que culminar en una gran movilización popular en el distrito.


En la puesta en marcha en forma consecuente de esta campaña, reside la clave para quebrar la conspiración en curso. Debemos tener presente que tenemos como aliada a la propia crisis política. Son demasiados los frentes de batalla que el Estado tiene que enfrentar y esto obra a nuestro favor. Están dadas las condiciones para arribar a un desenlace victorioso.