Sindicales

20/4/2006|942

Desde el Sanatorio Otamendi


Se dice que una parte de las acciones del Sanatorio Otamendi fue comprada por Swiss Medical y que se acordó con los nuevos accionistas una reducción del personal del Otamendi: de 1.100 empleados deben quedar 800. Las autoridades del sanatorio, junto con el delegado general (Ricardo Romero), elaboraron una lista con la nómina de personas que serán despedidas. En esta lista (de acuerdo con comentarios divulgados por la Comisión Interna bajo la forma de rumores), están incluidos los empleados antiguos, los que por causa de enfermedades crónicas registran ausentismo prolongado, y a los que han denominado “indeseables” (descalificación con la que no parecen identificarse los integrantes de la Comisión Interna, cómplices de la empresa en el trabajo sucio de asesorarla acerca de a quiénes es conveniente “retirar”).


 


Romero hace circular el rumor de que los despedidos están eufóricos por haber cobrado la indemnización. Sin embargo, la realidad es otra: peones y mucamas jóvenes con familia y sin especialización, enfermeras mayores de cuarenta años que no pudieron acceder a la profesionalización —mayoritariamente madres a cargo de familias numerosas). En la primera tanda (que comenzó el 28 de febrero) fueron despedidas cerca de 90 compañeros.


 


Mientras el plan se va consumando, los sectores siguen trabajando con el personal faltante. En aquellos en los que esta situación se vuelve insostenible, va apareciendo el personal contratado en condiciones hiper flexibilizadas. Se va perfilando la segunda etapa, con la mira puesta en el personal jerárquico.


 


El personal efectivo tanto como los despedidos están aislados por esta Comisión Interna, que creó un clima de intimidación, rumores confusos y contradicciones.