En la ciudad de Las Heras (al norte de Santa Cruz), de la noche a la mañana, la contratista “San Cayetano” despidió a 185 obreros, la totalidad de su personal.

“San Cayetano” es una contratista de YPF, encargada del mantenimiento en las zonas de Los Perales y Cañadón Perdido. “San Cayetano” no es, sin embargo, una contratista “normal”: se trata de uno de los tantos“micro-emprendimientos” fomentados por el gobierno menemista cuando fue privatizada YPF, para encubrir los despidos de miles de trabajadores.

Dos años después, la “empresa” está quebrada y sus trabajadores no sólo pierden el empleo sino que, además, “no saben qué va a pasar con el respaldo patrimonial detentado al principio del emprendimiento, el que en la mayoría de los casos consiste en las propias viviendas” (Crónica de Comodoro Rivadavia, 26/8).

Peor todavía, los despedidos ni siquiera han cobrado la indemnización por despido. Como la “San Cayetano” está quebrada, es la propia YPF, “responsablemente solidaria” con su contratista, la que debería hacerse cargo de las indemnizaciones. Pero los contratistas de YPF, bajo la obvia presión de quién debería pagar las indemnizaciones, presionan a los despedidos, amenzando sólo con tomar a aquellos que “presenten el telegrama”, es decir, que renuncien a su indemnización. Y esto ni siquiera a todos: el delegado de los trabajadores de la “San Cayetano”, perteneciente al Sindicato de Petroleros privados de Santa Cruz, denunció que entre las patronales corren “listas negras” en las que figura el 15% del personal.

Bajo la presión del fantasma del desempleo, los trabajadores de la “San Cayetano” aceptaron el “acta de desvinculación” que les impusieron las patronales unificadas y el Ministerio de Trabajo.

¡Sin casa, sin indemnización y sin trabajo!: éste es el espejo del “capitalismo popular”.