La Iglesia Adventista del Séptimo Día, que predica a sus fieles el amor al prójimo, es la misma que en su carácter de patronal de Alimentos Granix despide trabajadores sin misericordia. En medio del ajuste y los tarifazos del gobierno, dejar a los obreros, que son sostenes de familia, sin su trabajo es un “pecado capital”.

La patronal busca desarticular la organización obreraque ya conquistó un plus de 1.000 pesos por mes tras la devaluación. Saben que el tarifazo en marcha impactará de lleno en sus condiciones de vida e impulsaránuevamente a la lucha.

Ante este atropello, los obreros tomaron cartas en el asunto y tras una deliberación colectiva decretaron el paro total. La conciliación obligatoria con los despedidos adentro, dictada por el ministerio, debe ser transformada a favor de los trabajadores.

Ya se denunció en el acta que se trata de persecución sindical para quebrar la organización y la lucha de los obreros de Granix. También se hizo constar que la patronal otorgó un soborno de 500 pesos a los obreros que se sometieron a las presiones de su Iglesia-patronal y no pararon cuando salieron por el plus antes de las paritarias.

Se plantea la necesidad de que todas las organizaciones gremiales, estudiantiles, sociales y políticas de Baradero se pronuncien por la reincorporación de los despedidos, se rodee de solidaridad la planta y se extienda a la lucha por 3.000 pesos de emergencia, paritarias inmediatas yun básico a 9 mil pesos indexable.

Marcos Carrizo – Nora Biaggio