Renault decidió despedir a 389 trabajadores de su planta de Santa Isabel. La planta, en Córdoba, queda exclusivamente con un personal de mantenimiento.

En las asambleas fueron varias las voces que reclamaron medidas de lucha, entre ellas la ocupación de la planta. La burocracia de Dragún derivó los reclamos hacia movilizaciones callejeras para presionar al Ministerio de Trabajo. Pero las gestiones fracasaron y Renault confirmó los despidos.

Los trabajadores despedidos habían sido suspendidos hace un año. La burocracia dejó pasar el desmantelamiento de la producción sin abrir la boca; lo mismo sucede en Fiat.

El camino es el que señalaron los compañeros en las asambleas: el de la ocupación y la lucha a fondo. El Estado ha beneficiado y beneficia a las patronales con subsidios y beneficios impositivos; de la misma manera el Estado debe financiar la puesta en pleno funcionamiento de la planta. Un plan productivo acorde a las necesidades populares permitirá superar la “crisis” del sector; lógicamente, esto sólo es posible si se desenvuelve bajo la gestión obrera de la producción.

El Polo Obrero de Córdoba ha organizado un acto en la puerta de fábrica en apoyo al reclamo de que todos entren a trabajar, de que no haya ningún despido, del pleno funcionamiento de la planta y en la perspectiva de fortalecer las tendencias a la ocupación entre los trabajadores despedidos.