Sindicales

29/4/2020

Despidos, rebajas salariales y desprotección sanitaria en el polo gastronómico de Lanús

La situación de los trabajadores en la cuarentena.

No hay aislamiento social ni prevención para los trabajadores gastronómicos de los bares y restaurantes del centro de Lanús. El polo gastronómico es la zona del distrito que en los últimos cuatro años conoció un boom de aperturas de nuevos bares y cervecerías, en muchos casos con sucursales de cadenas que poseen numerosos locales. La precarización laboral, el trabajo en negro, los bajos salarios y la falta de sindicalización es lo que ha predominado en estos lugares de trabajo. Los métodos de trabajo son conocidos por todos los trabajadores que rotan entre un bar y otro, jornadas interminables en negro o con suerte con media jornada en blanco, pagos al día y desconocimiento total del convenio de trabajo. Todo esto sucede a pocas cuadras del municipio que lidera Grindetti (Cambiemos), que avala con su inacción estos atropellos contra los trabajadores. Incluso el intendente premió a estos empresarios recientemente con nuevas exenciones impositivas.


Actualmente en el marco de la crisis sanitaria por el Covid-19 los bares continúan trabajando solo por delivery, donde predomina también la precarización mediante las apps. Al no haber atención presencial, los camareros y mozos se encuentran suspendidos sin cobrar sus salarios, con la promesa de volver a trabajar al finalizar el aislamiento o directamente despedidos. Esta situación se repite en la mayoría de las cervecerías de la zona, como Rozny, Antares, Krieger, Hormiga Negra y Baum. Mientras tanto, puertas adentro en las cocinas, ayudantes, bacheros y cocineros están cumpliendo jornadas de entre 9 y 11 horas, por un pago diario que no llega a $800, con pocos o nulos elementos de seguridad contra el coronavirus, hacinados en espacios reducidos en algunos casos. A este cuadro se le suma la situación de los trabajadores de importantes pizzerías como Las Palmas o Génova que vienen sufriendo recortes salariales, así como la de los compañeros de las cadenas de fast foods presentes en el distrito (Mostaza, Burger King, McDonald’s) que como en todo el país también ven sus sueldos reducidos.


Todos estos ataques vienen transcurriendo gracias a la connivencia de los sindicatos correspondientes, ya sea Gastronómicos o Pasteleros. No se ha conocido iniciativa alguna de su parte en todos estos años de precarización laboral y esta conducta se ha profundizado ante la cuarentena. De hecho, los trabajadores denuncian que cuando acuden a la seccional zonal de la Utghra (Gastronómicos), conducida por Laura Sasprizza, por algún reclamo o buscando asesoramiento son buchoneados ante las patronales y luego despedidos.


Siguiendo el camino del paro internacional de los trabajadores de reparto de las apps que tuvo lugar el 22 de abril, es necesario reforzar la organización y la lucha mediante reuniones, asambleas y elección de delegados en cada lugar de trabajo, con los compañeros que se encuentran trabajando y con quienes están suspendidos o fueron despedidos. Reclamemos el pago íntegro de los salarios, ningún despido y la provisión de todos los elementos y medidas de seguridad necesarios. Ante el planteo de las patronales acerca de la imposibilidad de asumir el pago salarial, planteamos la apertura de sus libros y que sean puesto bajo el control de una comisión de trabajadores, y que el Estado garantice el sustento de las familias trabajadores donde se corrobore tal imposibilidad. Se trata, en muchos casos, de empresas que mantienen cadenas de restaurantes y variados negocios gastronómicos, que vienen amasando importantes ingresos desde hace varios años y que cuentan con las espaldas para hacer frente a esta situación. Opongamos a la política antilaboral y antisanitaria de las patronales una intervención de los y las trabajadoras.