Sindicales

25/9/2016

Día del Empleado de Comercio: pocos motivos para festejar

El 26 de septiembre en conmemoración de la sanción de la ley 11.729 de 1934, que estableció la modificación del Código de Comercio

de Combativos Mercantiles


El 26 de septiembre se celebra el Día del Empleado de Comercio, en conmemoración de la sanción de la ley 11.729 de 1934, que estableció la modificación del Código de Comercio para establecer las vacaciones anuales pagas, el régimen de indemnización por despido y el aguinaldo, entre otras reivindicaciones.


 


Sin dudas, fue un avance importante en los derechos laborales.


 


Varias décadas después de aquella sanción, sin embargo, los empleados de comercio (más de un millón en todo el país) experimentamos un retroceso en nuestras condiciones de vida y de trabajo. La superexplotación de las patronales no conoce límites y los salarios se encuentran muy por debajo de la canasta familiar como resultado de los acuerdos salariales a la baja suscriptos por Armando Cavalieri.


 


Tal es así que los trabajadores de los call centers han sido encuadrados fraudulentamente bajo el convenio de comercio como un recurso de las grandes compañías para abaratar el costo laboral.


 


Los bajos salarios nos empujan a trabajar inclusive los domingos. Muchos de nuestros compañeros tienen que soportar la falta de delegados gremiales o que éstos se encuentren vendidos a la empresa.


 


Estando vigente el acuerdo para que no haya despidos que suscribieron verbalmente Macri y las patronales, Coto y otras empresas despidieron en Rosario a más de cien compañeros.


 


En este cuadro, la misa de la que participa cada 26 de septiembre la directiva de nuestro sindicato es una burla. Son adversarios declarados de la lucha y viven en tregua con gobiernos ajustadores como el de Macri.


 


Un nuevo día del empleado de comercio deja, además del saludo a los compañeros y la exigencia de que los comercios efectivamente cierren y respeten nuestro día, el desafío de recuperar nuestra organización gremial de manos de la burocracia sindical.