Sindicales

28/7/2020

Dialogamos con un trabajador de Coto en aislamiento por Covid-19

Avanzan los contagios en los lugares de trabajo.

En el marco de un aumento en la curva de contagios por coronavirus, que repercute en la salud de los empleados de comercio, la empresa de hipermercados Coto se encuentra a la cabeza de los contagios y la desidia patronal contra los y las trabajadoras. Desde Prensa Obrera pudimos entrevistar a Jonhatan, trabajador de Coto, mientras cumple aislamiento estricto con su familia, luego de ser confirmado de Covid-19 positivo.

Jonhatan relata su experiencia laboral durante la pandemia y describe el funcionamiento al interior de la sucursal donde se desempeña, cuyo número y zona prefiere omitir por motivos de protección laboral y desconfianza hacia la burocracia sindical de Cavallieri y Muerza -quien se presenta como alternativa pero actúa del mismo modo. Durante la entrevista, destaca dos cuestiones claves, que son necesarias de incluir dentro de los protocolos de las sucursales: por un lado, el cambio de turnos y la utilización planificada de los vestuarios; y, por el otro, las cuestiones relativos al uso del comedor.

Hasta hace unos días Jonhatan presentaba síntomas muy leves y no reunía las condiciones que exige la empresa para un hisopado. Finalmente un compañero del trabajo concurrió a la sucursal con signos claros de Covid-19 y Jonhatan decidió solicitar el hisopado por sus propios medios “el compañero venía sintiéndose mal, le dijimos que vaya al hospital pero no quería”. Es común que los trabajadores demoren en informar que poseen síntomas por temor a dejar de trabajar y la falta de garantías del gremio.

Jonhatan realizó la consulta a sus superiores, quienes le indicaron atenderse por la obra social del gremio, Osecac, en el Hotel de la Provincia, donde asegura haber aguardado entre 4 o 5 horas para ser atendido, debido al colapso por la alta demanda. Actualmente todo el sector de trabajo se encuentra en aislamiento.

Después de lo ocurrido en Coto Lanús, donde diez contagiados se transformaron en 22 al cabo de cuatro días, por la negligencia patronal que ocultó los casos y no aisló a los contactos estrechos, Jonhatan refiere que en su caso particular la resolución fue rápida: “están empezando a entender que pierden más laburantes si dejan pasar los contagios y no respetan los protocolos. Es evidente que si no actúan con celeridad es peor”. Si bien las patronales han podido operar descuidando protocolos para sostener la mayor cantidad de mano de obra en ejercicio, gracias al cerco mediático, ese contexto empieza a cambiar.

Denuncias públicas como la realizada por el delegado Héctor Castro sobre los contagios en la sucursal 160 (Retiro) y la reciente y muy sentida noticia del fallecimiento de la esposa de un empleado confirmado de coronavirus a causa de la negativa de la empresa de realizar el hisopado, ejercen presión sobre Alfredo Coto y abren posibilidades a los trabajadores para obtener mejoras sanitarias. “Si se muriera mi mujer yo también haría todas las denuncias, no me importaría Coto ni las patotas del sindicato. El compañero, más allá de todo, está pidiendo justicia”, cometa Jonhatan.

Por un protocolo adecuado a los supermercados

Jonhatan sostiene que hay momentos de la jornada de trabajo donde la peligrosidad es mayor y que pueden malograr todo un día de cuidados estrictos. “En mi sector trabajo solo, no tengo contacto con mis compañeros ni con los clientes, pero me contagié igual”, menciona.

Se explaya sobre los procedimientos cotidianos en la sucursal y hace hincapié en la utilización de vestuarios en los horarios de ingreso y egreso de la jornada laboral. “El vestuario es chico, todos compartimos asiento, manipulamos las canillas, la ropa, los jabones, nos cambiamos el barbijo, aumentan mucho los riesgos”, comenta. El vestuario se usa a las 6 y a las 14 horas, cuando se va el primer cuerpo de trabajadores y entra el siguiente del turno. Lo mismo vuelve a ocurrir con el cambio de turno noche. Es decir, a pesar de que los empleados respetan el distanciamiento social y el uso de insumos de protección, hay horarios de mayor convergencia en los que la propensión al contagio sube, más allá de la voluntad de los propios trabajadores.

Es fundamental, para mejorar las condiciones de salubridad y trabajo, que se establezcan en el protocolo horarios espaciados de ingreso y egreso para evitar niveles innecesarios de circulación y aglomeración. Asimismo resulta necesario observar que los cambios de vestuario sean efectuados en cada sector, como a veces se aplica en los hospitales, y que aquellos sectores que no dispongan de espacios privados puedan usar el vestuario por turnos, en grupos de dos o tres, con limpieza permanente luego de cada tanda. Nos comenta.

Otro aspecto a destacar es el funcionamiento del comedor. “Durante la mañana no pasa nada porque somos pocos, pero en el almuerzo hay mucha concurrencia y nos sacamos los barbijos. Sobre todo los fines de semanas, que se sirven comidas más populares, la gente se reúne y se pierde el distanciamiento social. Podríamos comer cada uno en nuestro sector y que el comedor lo use el sector de caja, que no tienen lugar para descansar. Únicamente comemos todos en el comedor por una cuestión de control de horarios y de respeto a las horas de descanso”, agrega jonhatan. En tiempos extraordinarios de pandemia, el criterio para organizar la jornada debe ser la salubridad del personal y no el control de la actividad laboral.

Un modelo a seguir es el protocolo del Sutna (sindicato del neumático), en el que se incorporaron las cuestiones de descanso y vestuarios (protocolo del Sutna, punto 2, inciso D).

Si bien se realizan desinfecciones con productos de alta calidad, las mismas se llevan a cabo por empresas tercerizadas y no poseen certificación de inspectores del Gobierno de la Ciudad –cuando se trata de establecimientos en Caba-, que ha cesado de efectuar dichos controles.

Mientras que algunas empresas reasignaron a los trabajadores a diferentes tareas, conforme vivan en provincia de Buenos Aires o CABA, los empleados de Coto deben tomarse el transporte público, realizando transbordos para llegar a sus lugares de trabajo. Considerando que los supermercados no han visto mermada su actividad durante la cuarentena, y que se trata de uno de los sectores con mayores ganancias, están en posición de poder garantizar el traslado de los compañeros del Conurbano bonaerense, mediante micros particulares, respetando cantidades máximas de trabajadores, con el apropiado distanciamiento social.

En defensa de la salud de los trabajadores de comercio

Frente a un panorama de incremento de contagios en el Amba y una delegación del Estado en las patronales para aplicar protocolos, en su mayoría incompletos y que son incumplidos por los mismos que tienen la potestad, es necesario que los trabajadores independientes elaboren protocolos adecuados y que sean aplicados bajo control de los trabajadores. Esta acción debe ser reforzada por un pedido de informe al Congreso de la Nación, para que se de conocimiento público de la situación que viven los empleados de comercio y se eviten nuevos contagios.