Cuando recién comenzaba la segunda mitad del año, y a días de las Paso, el Ejecutivo municipal del distrito bonaerense de Puan solicitó un adelanto de la coparticipación provincial. Era evidente que -además de los desmanejos, la irresponsabilidad y la improvisación de la gestión municipal- con una inflación que acumulaba el 60% en lo que iba del año y la interanual superando el 100%, los recursos presupuestados en diciembre del año anterior habían quedado totalmente desactualizados.

Es oportuno aclarar que los recursos propios del municipio no alcanzan a cubrir ni el 20% de un presupuesto que depende casi en su totalidad de la coparticipación y otros rubros aportados por la provincia. Por otro lado, el intendente Facundo Castelli tenía en la interna de Juntos por el Cambio una partida difícil que finalmente perdió, impidiéndole llegar a las elecciones generales de octubre en búsqueda de su cuarto mandato.

Junto con el presupuesto, también los salarios de los trabajadores municipales quedaron desactualizados, para cuyo pago se destina la mitad de lo presupuestado. El sindicato comenzó el reclamo de actualización de los acuerdos paritarios. En respuesta, el Ejecutivo ofreció un porcentaje de aumento irrisorio del 0,5%, una burla para los trabajadores. El 27 de octubre el gremio convocó a un paro por tiempo indeterminado. El 1° de noviembre, por pedido del intendente, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria.

Mientras esto se dirimía, pasaron las elecciones generales de octubre confirmando el triunfo de Diego Reyes (ganador de la interna de JxC y concejal del bloque oficialista en funciones hasta ese momento); y con la llegada de diciembre el anuncio de que no había fondos para el pago de los salarios de noviembre.

Ante este cuadro el sindicato decidió reunirse con el intendente electo quien no tuvo el menor empacho en informarles de la “imposibilidad absoluta” del pago de los salarios del mes de noviembre por “la inaudita situación económica y financiera que deja la gestión saliente”.

En esa reunión se le informó al gremio que el municipio no cuenta con los fondos necesarios, que se encuentra inhabilitado a recurrir a las herramientas financieras bancarias autorizadas (o sea acceder a giro en descubierto), debido a que ya había sido utilizada para el pago de salarios de octubre, y que tampoco puede pedir un nuevo adelanto de la coparticipación hasta el mes de enero porque recién en diciembre termina de devolver el adelanto solicitado en julio.

En el momento que se escribe esta nota un grupo de trabajadores se encuentra en la puerta de la municipalidad exigiendo el pago de sus salarios, mientras el STM está analizando medidas de fuerza y movilizar a la intendencia.

El sindicato tiene que estimular por todos los medios la participación de todos los trabajadores. Convocar rápidamente a asamblea por localidad y por sector, con la participación de afiliados y no afiliados. Que se elijan delegados para una asamblea distrital que tome las medidas necesarias para garantizar el cobro de los salarios. Debe exigir que se abran todas las cuentas del municipio con la intervención directa de los trabajadores, para conocer el estado de los recursos y se priorice el pago de los salarios.

En esta situación extrema de las finanzas municipales y sus consecuencias sobre la vida de los trabajadores municipales y sus familias, con un intendente en retirada saliendo por la puerta de atrás y el intendente entrante reconociendo su incapacidad de resolverla, los trabajadores municipales organizados deben tomar directa participación en todas las decisiones del nuevo gobierno municipal.

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