En entrevistas concedidas a Radio Nacional y Cadena 3, el titular de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (Uepc), Juan Monserrat, planteó que tomará como referencia, para discutir el salario, el costo de la canasta básica familiar, para que “ningún trabajador gane menos de ese valor”. ¡Impresionante! Después de décadas al frente del sindicato, la conducción toma como parámetro para la discusión salarial las necesidades de la docencia y no las “posibilidades” del gobierno.

¿Qué es lo que ha cambiado? Monserrat lo expresa en ambas entrevistas, con todas las letras: hubo una rebelión en los hospitales, el año pasado, que conquistó una paritaria para salud. Esta lucha dejó a varias categorías 32 puntos por encima de lo pautado por la burocracia del Sindicato de Empleado Públicos (SEP), que lidera José Pihen, y un 20% por encima de la negociación salarial docente.

Monserrat, haciendo gala de su parasitismo, pide que en su gremio paguen lo mismo que consiguieron lxs trabajadores de salud, a los que atacó públicamente y aisló en diciembre cuando cerró la paritaria docente contra la voluntad de las propias bases.

También sacó a relucir sus imposturas, cuando en las entrevistas se atribuye haberle ganado a la inflación durante 2022 “consiguiendo” una paritaria del 102%. Nada más alejado de la realidad, ya que la propuesta que impuso mediante maniobras y aprietes a principios de 2022 fue del ¡60% para todo el año! Cuando ya se sabía que la inflación iba a rozar los tres dígitos. Fue la docencia organizada en asambleas la que le puso el cuerpo a la lucha, que empapeló las escuelas con la consigna de un aumento de emergencia del 50% en una cuota y arrancó un parazo y desarrolló movilizaciones masivas.

Monserrat en ningún momento de la entrevista se ve sensibilizado porque a las maestras les falten 50 mil pesos para completar la canasta básica; lo que lo desvela es que el gobierno haya cedido un mayor aumento a las y los médicos y enfermeras en una mesa paritaria elegida y mandatada en una asamblea general. El conjunto de las burocracias estatales se ha abroquelado para plantear una mesa de negociación cuyo único punto en común es su autopreservación.

El discurso “renovado” del secretario general de Uepc retomará su vieja orientación el 9 de febrero, cuando en la mesa de la paritaria nacional docente, donde Monserrat es paritario por Ctera, resuelva un aumento anual más cercano al ajuste del 60% en cuotas que exige Massa y el FMI que de sacar de la pobreza el salario inicial nacional ubicado en $102.432 con Fonid (incentivo docente).

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Según el IPC de Córdoba, manipulado por el gobierno, la inflación interanual a enero es del 92,16%. Por su lado, para el Centro de Almaceneros, en 2022 la inflación total anual acumuló el 100,5%, y una familia de cuatro personas necesitó en enero 2023 $170.948 para no ser pobre. Para este año, la inflación está calculada en los mismos niveles.

Con el acuerdo salarial de 2022 de Schiaretti-Uepc, el salario testigo de una maestra de grado llegó a $120.000 con incentivo. Como se ve, estamos hablando de salarios que en enero se ubicaron $50.000 debajo de la línea de pobreza.

Para sacar a la docencia de la pobreza se necesita un aumento en una cuota en el mes de febrero que no sea inferior al 50% y una indexación del salario para que no sea absorbido por la inflación.

El hecho de que la burocracia de los sindicatos estatales confiese que tenemos salarios de hambre es una conquista de las bases y es una confesión de parte de su sometimiento político a un gobierno que derrocha recursos en publicidad, en obras faraónicas y en subsidiar a los grandes grupos económicos locales.

Con la perspectiva de superar este planteo, las escuelas y los hospitales votaron durante 2022, en numerosas asambleas, impulsar un plan de lucha unificado y sostenido. Con un paro general de los estatales, tendríamos un salario igual a la canasta familiar y podríamos derogar la nefasta ley jubilatoria 10.694.

Por eso, es necesario preparar las condiciones para imponer el no inicio con continuidad, es decir un plan de lucha progresivo, para comenzar el 2023, que es un año electoral, defendiendo todas nuestras reivindicaciones. En primer lugar, hay que luchar por sacar el salario docente de la pobreza, con un reclamo de un aumento no inferior al 50% en una cuota y la indexación del salario con la inflación, y la anulación del ley jubilatoria 106.94. Y también desterrar la precarización laboral en todos los niveles y modalidades, y luchar contra el acoso laboral y por las condiciones edilicias, ya que la mayoría de las escuelas no tiene condiciones para enfrentar el calor.

La oposición docente y las escuelas se reunirán para unificar estos planteos y exigirán a la conducción de Uepc asambleas escolares y un plan de lucha.

El 25 y 26 de febrero, lxs docentes combativxs del país, definiremos un planteo de lucha para enfrentar el ajuste del gobierno nacional y los goberandores, en el XVI Congreso Nacional de Tribuna Docente. ¡Anotate!

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https://www.prensaobrera.com/sindicales/paritaria-nacional-docente-ctera-se-adapta-al-techo-salarial-de-massa