Seguramente en la representación popular de los trabajadores cordobeses no existe una sola medida de la CGT regional que haya influenciado positivamente sobre su salario o condiciones de trabajo. Por el contrario, han puesto a la central obrera a disposición del PJ cordobés durante los últimos 20 años de gobierno peronista, dejando como saldo que “la provincia argentina más rica, más universitaria y más productiva tiene la desocupación más alta del país” (La Voz, 2/10).

A esto hay que sumar también que Córdoba lidera los rankings de mayor aumento de la pobreza en la última década, principalmente infantil. Política que se impulsa desde el Estado que, a pesar de tener superávit de coparticipación, paga a los docentes un salario que en promedio no supera la canasta de pobreza y un básico que está por debajo de la indigencia.

En este cuadro, el desplazado secretario general de la CGT, José Pihen, junto a su binomio Juan Monserrat hicieron un mitin el viernes 30 frente a la Bolsa de Comercio donde se “repudiaron la remarcación de precios dispuesta por sectores concentrados del empresariado y exigieron medidas a los gobiernos provincial y nacional para contener el alza de los precios”(Hoy día Córdoba, 4/10). No es curioso que esquiven los edificios donde habitan los responsables de los principales formadores de precios, el gobierno provincial y nacional, cuya política fondomonetarista, dólar sojero, naftazos y tarifazos han destruido, con una inflación imparable, los ingresos de sus afiliados en el último lustro.

Pihen, en un acto supremo de impostura, planteó que “estamos ratificando nuestra postura en defensa del poder adquisitivo de los activos y pasivos, en contra de todas las maniobras que generan inflación”. Fue luego de realizar la mayor de la “maniobras”: cerrar un acuerdo salarial a la baja para aislar a los docentes y apresurar su jubilación antes de que proceda la reforma previsional que dejó a los jubilados cobrando el 60% de sus ingresos.

A su lado, Juan Monserrat, secretario general de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (Uepc) advirtió que “las negociaciones salariales se están quedando cortas”. Esto a tres semanas de haber contado con toda la burocracia del Ministerio de Educación para hacer pasar un acuerdo rechazado por las escuelas. El estímulo agresivo de sus “maniobras” llegó hasta la misma asamblea departamental que cerró el acuerdo, donde en persona planteó la expulsión del delegado Franco Boczkowski por haber rechazado públicamente a ese órgano que violenta sistemáticamente la voluntad de la docencia.

No a los descuentos, un triunfo de las escuelas contra Monserrat

El hecho que no se le escapó a la docencia es la nota que Uepc dirigió al gobernador Juan Schiaretti, donde le solicitó que no realice descuentos salariales a los docentes que adhirieron al paro por 24 horas del 31 de agosto pasado. Monserrat se vio obligado a exigir el no descuento a pesar de que su posición pública es que “el gobierno tiene derecho a descontar”. Una concesión inconmensurable a cualquier patronal en detrimento de un derecho que a la clase obrera le costó ríos de sangre. Es claro que el carácter burocrático e inocuo de la carta enviada a Schiaretti es la expresión de un triunfo de la docencia autoconvocada que colocó como bandera central la defensa del derecho a huelga.

Como el Sutna

Los trabajadores agrupados en el Sutna le han dado una alegría y una esperanza al conjunto del movimiento obrero. A pesar de que las patronales contaron con el apoyo incondicional del gobierno, la oposición y los principales medios de comunicación, la lucha, la organización y la unidad le arrancaron a los tres gigantes del neumático el mejor acuerdo paritario del año. La paritaria que cerró en 2022 queda por encima de la inflación y la que cerrará a mediados del 2023, cuenta con una cláusula que dejará el aumento 10 puntos por encima de la inflación.

Dos métodos, dos conducciones, dos acuerdos

La propuesta fue armada y aceptada en una asamblea general y defendida por una lucha de cinco meses que culminó con movilizaciones, piquetes y un paro de cinco días, garantizando el bloqueo de las tres plantas. Con este método se garantizaron la unidad del sindicato, la solidaridad de la población trabajadora y se enfrentó la amenaza del superministro Massa de abrir las exportaciones para quebrar la huelga. De este modo, se pone de manifiesto el método que es propio de la clase obrera pero que lo encarna una conducción clasista, independiente del gobierno y la patronal. Este método de organización y lucha tiene como consecuencia un acuerdo cuyo norte es que el poder adquisitivo del salario vaya en ascenso.

En las antípodas se ubica la conducción de Uepc, ligada al gobierno provincial y nacional, pieza clave para que los salarios docentes se ubiquen en la línea de pobreza y las condiciones laborales sean deplorables. La conducción Celeste ocupó el centro de los cuestionamientos durante la reciente lucha docente y la consigna unificadora fue Fuera Monserrat. Ahora, con el mandato de desplazar a Monserrat, debemos continuar con la organización de las escuelas para elegir delegadas-os propios y a reabrir la paritaria para no seguir perdiendo salario. Vayamos por el camino del Sutna.

https://www.prensaobrera.com/sindicales/municipales-de-cordoba-vamos-por-un-plan-de-lucha-que-recupere-lo-perdido-frente-a-la-inflacion

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