El 4 de octubre tendrá lugar el juicio de desafuero del delegado de la escuela 19 del DE 19, Juan Manuel Di Vincenzo. La docencia que se organiza en las escuelas, con Ademys a la cabeza, va a hacerse presente en la sede judicial para repudiar la persecución que sufre nuestro compañero. La cita es a las 11 hs en Lavalle 1268.

¿Por qué persiguen a Juan?

Hace dos años, Juan Manuel fue víctima de un escrache de parte de la ministra de Educación, Soledad Acuña. Se trató, como lo definimos las y los docentes de la escuela, de una operación mediática y de marketing en la que, además, la sentencia estaba lista antes de iniciarse el proceso administrativo del sumario. El video compartido en sus redes por la ministra mostraba a Juan Manuel denunciando ante Fabián Capponi (Director General de Educación de Gestión Estatal), en medio de la pandemia de Covid-19, el estado deplorable de la educación pública en la Ciudad.

Por estos hechos, Juan Manuel fue sumariado junto a Jorge Adaro, maestro histórico de la escuela 19 y secretario gremial de Ademys (que se encontraba, al igual que Juan, dando clases en el momento de la irrupción de Capponi en la escuela). El Ministerio de Educación de la Ciudad impulsa los juicios contra ambos compañeros con el objetivo de quitarles la tutela gremial y así hacer efectiva la sanción impuesta por un sumario viciado desde el vamos. La remoción de los fueros en sí misma sienta un precedente gravísimo para todo el movimiento obrero, ya que quitar esta protección es directamente una impugnación a la potestad de los representantes gremiales de llevar adelante cualquier reclamo.

Por todo eso, el ataque a Juan Manuel y Jorge es una agresión al sindicato Ademys, que encabezó la lucha en defensa de la educación en la Ciudad, pero también contra todo el sindicalismo combativo y el movimiento obrero en general.

¿Cómo están las escuelas de Soldati?

Habiendo pasado dos años de la infame irrupción de Capponi en la escuela 19, podemos confirmar que Juan Manuel estaba en lo cierto. La Dirección General Educación, que depende de Capponi, no solo no resolvió ninguno de los problemas denunciados por nuestro compañero, sino que se agravaron. Frente al reclamo justo de una educación pública de calidad, las únicas respuestas que ofrece el ministerio es el amedrentamiento y la persecución.

Que el sistema educativo está desfinanciado y en crisis no es novedad. Los distritos del sur de CABA sufren particularmente las consecuencias de esta realidad. Veamos algunos ejemplos: este año, la escuela 19 se vio obligada a suspender diez días las clases en un lapso de dos meses por falta de agua, luz o calefacción; la caldera que calefacciona la escuela funciona de manera errática (un día sí y un día no) desde hace años; tenemos filtraciones de agua en el techo que entre otras cosas hacen que caiga agua sobre una toma de luz. Cuando comience el calor, niños y adultos volveremos a sufrir las aulas mal equipadas, con ventiladores que no andan o que giran tan despacio que no empujan una gota de aire.

Y no se trata solamente de la escuela 19. Este año, las primarias 17, 18, 24, y 20, y la media 2, denunciaron una invasión de ratas. La primaria 21 reclama contra el desborde continuo de aguas cloacales en la escuela (lo que trae riesgos enormes de infecciones de todo tipo) y por la falta de luminaria, ventiladores, etc. La escuela infantil N°4 estuvo dictando clases sin calefacción todo este año. La especial 7 merece una mención aparte porque logró que se atiendan sus reclamos luego de una pelea de semanas, que incluyó cortes de calles. También denunciaron la presencia de avispas y abejas, la falta de ventiladores en plena ola de calor y una infinidad de problemas que se derivaban de la ejecución una obra dentro de la escuela durante el horario escolar.

Estamos hablando de nueve escuelas dependientes de tres áreas distintas en un radio de doce cuadras. Pareciera que las escuelas de Soldati sufrimos las siete plagas de Egipto, pero todo esto es el resultado de una orientación política que consiste en desfinanciar el presupuesto educativo y especialmente el de infraestructura escolar.

Con todo lo enumerado debería alcanzar para que el gobierno decrete la emergencia educativa en la zona, con un plan de acción y un presupuesto acorde para llevarlo adelante. Pero nada de esto sucede. Como respuesta ante nuestros reclamos, lo único que recibimos es amedrentamiento y persecución.

Por todo eso, desde Tribuna Docente entendemos que es fundamental que rodeemos de solidaridad a Juan Manuel y a Jorge, y movilizar con todo el miércoles 4, con la certeza de que su defensa es la defensa de todos los que peleamos contra una política de vaciamiento sistemático de la educación; y una reivindicación de toda la docencia que pone el cuerpo a diario en un sistema educativo que está en una crisis sin precedentes.

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