Sindicales

16/3/2024

Docentes Neuquén: el plenario provincial resolvió paro de 72 horas y acciones en toda la provincia

Balance de la derrota de la burocracia que quería aceptar la propuesta de reducción salarial del gobierno.

Plenario provincial

El plenario provincial de Aten, que sesionó hoy en Cutral Có, recopiló las votaciones de las diversas asambleas realizadas ayer en todo la provincia. El rechazo a la propuesta del gobierno obtuvo 3.153 votos, y la aceptación (impulsada por la dirección provincial de Aten) obtuvo 2.075 votos. Un golpe demoledor a una propuesta de abierta e indisimulable rebaja salarial.

En consecuencia las asambleas también votaron por inmensa mayoría un nuevo paro de 72 horas (martes, miércoles y jueves) con actividades cada uno de los días.

La burocracia baradelista, que se jugó a que la propuesta del gobierno tenía suficiente maquillaje para ser aprobada, se mostró golpeada por la derrota de su moción en el plenario. Es que ganó el rechazo en seccionales numerosas que dirige. Era un plenario difícil para quienes están acostumbrados a que se trata de un simple trámite.

Ni bien iniciado, la mesa provincial intentó levantar el plenario porque la secretaria general de la seccional Capital transmitía en vivo su intervención. Un nimiedad porque en vivo o unos minutos en diferido finalmente las intervenciones se suben a las redes. Sonó a una excusa de parte de la conducción provincial para evitar que se plasme su derrota en las asambleas.

Como el plenario finalmente continuó su desarrollo, las diversas intervenciones de las directivas de las seccionales que dirige el TEP-Celeste mostraron a una corriente que expuso su impotencia ante una expresión masiva de la base, con argumentaciones contra la calidad de sus propias asambleas. Sobre todo allí donde la moción de aceptar que impulsaban fue derrotada. Directivas como la de Centenario (TEP-Celeste) catalogó que su asamblea tuvo una “lógica tribunera”, es decir, no se trató de un ámbito de deliberación y decisión colectiva, sino de una manifestación a puro fanatismo, sin ningún grado de razonabilidad y conciencia. Una falta de respeto total a los más de 400 asambleístas.

La directiva de Andacollo (también del TEP-Celeste), donde ganó el rechazo, acusó que a la asamblea fue “gente muy alterada, que no iba antes”; y eso explicaría el resultado.
La directiva de Aluminé llegó a acusar que “mandan gente a votar”, como si las y los trabajadores de la educación de esa localidad fueran ovejas y no adultos concientes de sus decisiones. Y varias más en ese sentido. Una demostración del cachetazo que las bases dieron a algunas conducciones arrogantes, que no han aprendido a perder una votación. Pero también una demostración de la impotencia y bronca ante asambleas en las que de conjunto participaron más de 5.000 compañeras y compañeros.

El contexto

Antes de anunciar el resultado general de la votación, el secretario general de Aten desarrolló una fundamentación de su posición a favor de aprobar la propuesta del gobierno. Por momentos lo hizo desde una posición política (lo que hubiera dado lugar a un interesante debate si el plenario recuperara sus mejores tradiciones, enterradas durante el mando del TEP-Celeste), y por momentos derrapando a la provocación, como cuando afirmó “que las asambleas se convierten en estadios de fútbol”.

La idea que fue el eje vertebrador de la moción de aceptar es que “el contexto no permite ir por más”. El “contexto”, obviamente, es la motosierra de Milei (le sacan el bulto a incluir abiertamente al gobernador y su propia motosierra) y que “es momento de defender conquistas y no ganar nuevas”. Con ese argumento el conjunto de las burocracias sindicales justifican todo ¡hasta defender una rebaja salarial. Y en esto no hay diferencias entre cegetistas o baradelistas. Claro que el gobierno de Milei ¡y el de Figueroa! son rabiosamente antiobreros. Y represores a ultranza, por supuesto.

El “contexto” como pretexto los lleva a sacar pésimas conclusiones. Por ejemplo, el directivo de la seccional Piedra del Águila en su intervención llegó a desvalorizar la paritaria del Sutna (y con ello a la izquierda y al clasismo) para demostrar que el “contexto” es a la baja. Pero tuvo la mala suerte de mencionarlo cuando hace apenas 48 horas un artículo del diario El Cronista titula: “Súperparitarias: un gremio le ganó a la inflación y el básico será de casi 800.000 pesos”, precisamente refiriéndose al Sutna, un sindicato clasista, que en el mismo contexto adverso e inflacionario con el que el TEP-Celeste pretende justificar acuerdo a la baja, no se refugia en el conservadurismo defensista.

Ese conservadurismo es propio de aquellos para los cuales no existió un 20 de diciembre de 2023 (porque era prematuro enfrentar a un gobierno recién asumido) cuando, bajo el operativo terrorista del Protocolo de Bullrich, se abrió un camino ante un contexto ab-so-lu-ta-men-te desfavorable. El contexto nunca puede ser el pretexto de la inacción. Solo condiciona las formas de las acciones que se deben tomar.

Los estadios de fútbol

Como las direcciones del TEP-Celeste de diversas seccionales repetían la afrenta tribunera, el secretario general, Marcelo Guagliardo, en su cierre no quiso obviar el tema y afirmó que “las asambleas se convierten en estadios de fútbol”. Otra ofensa a las asambleas que han sido las más numerosas de toda la historia de Aten, pero que se las descalifica porque no votaron la propuesta que impulsó Guagliardo.

Intento de mordaza y la izquierda idílica

Sin pretender agotar todos los ángulos de los fundamentos autoexculpatorios de parte del TEP-Celeste, cabe mencionar dos aspectos más.

Una de las evidencias más contundentes del comportamiento de una burocracia es cuando acusa a la crítica como “de mala fe que destruye la organización”.

Es un intento de amordazar. En realidad toda crítica con fundamentos, y máximo cuando conquista la voluntad de miles de asambleístas, es un fortalecimiento de cualquier organización. Solo un dirigente que tiene cola de paja puede considerar que la crítica “lo desgasta, siembra la desconfianza”.

Reitero, hay que aprender a perder (y a ganar) asambleas. El TEP-Celeste derrapa porque no aprendió ni lo uno ni lo otro. Como cuando el secretario general Marcelo Guagliardo en un acto vociferó “al que no le gusta que se vaya de Aten”.

Tanto despilfarro de barbaridades, por supuesto, tuvo como destinataria a lo que se llamó “la izquierda idílica”, por contraposición al TEP-Celeste que serían realistas. Esto dicho por una conducción que consideró durante cuatro años que el gobierno de los Fernández era su gobierno por la “ampliación de derechos” (que se lo digan a las y los jubilados) y que se subió al palco cuando el candidato Sergio Massa (el hombre del FMI) hizo un acto en Neuquén en plena campaña electoral.

Los que atan a los sindicatos como furgón de cola de intereses patronales en las difíciles pierden el estado de ánimo (no les llega el calor de arriba). En tanto los “ídílicos” en las difíciles siempre contamos con el fuego desde abajo. Por eso estuvimos el 20 de diciembre y pusimos el cuerpo en un “contexto” de los más difíciles que tuvo el país en varios años. El baradelismo no puede decir lo mismo.

Conclusiones

Ahora nos concentramos en masificar el paro de 72 horas de la semana entrante y sus actividades. Estaremos en cada seccional movilizando el martes 19. El miércoles 20 marcharemos hasta Casa de Gobierno e instalaremos ollas populares junto a todas y todos los que luchan. Y el jueves 21 volveremos a las asambleas masivas.

Y por supuesto el 24 de marzo reventaremos las calles y plazas del país. Son 30.000 y están ¡presentes!

https://prensaobrera.com/sindicales/parazo-nacional-universitario-y-como-la-seguimos