En la marcha docente del 12 de marzo sorprendió a muchos la presencia de las banderas de letras negras sobre fondo amarillo que caracterizan a AMET (sindicato de los docentes técnicos que forma junto a la UDA la FETEN, enfrentada burocráticamente a la CTERA).

La presencia de las delegaciones de AMET fue producto de la presión de los compañeros de algunos establecimientos y de las regionales II y III (Gran Buenos Aires). También están reclamando asambleas conjuntas de las tres regionales de Capital y Gran Buenos Aires de AMET.

La situación en la docencia técnica no es sustancialmente diferente a la del resto del magisterio. Tampoco para ellos tiene futuro el tire y afloje alrededor de sumas y porcentajes deleznables frente a la inflación, o las medidas de fuerza aisladas.

Una burocracia en crisis

La burocracia de AMET está en una encrucijada, pues ha perdido en favor de CTERA el papel de interlocutora privilegiada del gobierno, que compartía con la UDA A fines del 89 apostó a un recambio ministerial anti-Salonia que no se produjo.

La crisis en AMET ya ha tomado estado público. Pero lo que importa es la convulsión de los colegios y los pronunciamientos por una asamblea general. Para fortalecer esta tendencia resulta necesario organizar por la base coordinadoras de lucha, elegir delegados con mandato de asamblea por la huelga indefinida y plantear la obtención de un básico equiparado al costo de la canasta familiar.

Se debe garantizar un fondo de huelga y ser intransigentes en la oposición a los descuentos y a todo tipo de sanciones.