Sindicales
17/10/1995|469
El ‘autogolpe’ de Zanola
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La renuncia de Zanola a la dirección del ISSB consistió en una maniobra para ‘regresar’ con la suma del poder para hacer y deshacer en materia de ‘reestructuración’ del Instituto y del encubrimiento de sus propios desfalcos en la obra social. Fue anunciado que reasume el puesto el viernes 13, ‘a pedido’ de sus secuaces de la directiva bancaria.
Zanola explicó en un reportaje a Página 12 que es partidario de la ‘reestructuración’ y que ella implica el despido de 15.000 trabajadores del ISSB (8/10), cifra que asciende según otras versiones a 2.500. Es que desde que el gobierno disolvió, por medio del decreto 492, el ISSB, convirtiéndolo en una obra sindical común, y recortó 90 millones de dólares de su presupuesto, Zanola nunca se opuso al decreto. Sólo a la parte que disponía un liquidador oficial, porque lo colocaba a merced de Cavallo y porque corría el peligro de que se destaparan los negociados de la burocracia, que vació prácticamente el ISSB.
El ‘autogolpe’ de Zanola estuvo al servicio de imponer sus condiciones mediante el chantaje de dejar el Instituto librado a su suerte. Chantaje que también utilizó contra los trabajadores que mostraron su combatividad en la multitudinaria marcha del 4/10 y en las asambleas masivas en las sedes del Instituto, y que reclamaron un plan de lucha nacional del gremio en defensa de la obra social.
Ahora el zanolismo ha suspendido toda medida gremial y ha comenzado un ‘apriete’ de los trabajadores del ISSB mediante guardias de control en los edificios y amenazas de la supervisión del Policlínico para que los empleados no bajen a las asambleas que llame la Interna. La Interna, antizanolista, tiene la dura responsabilidad de enfrentar la ofensiva del gobierno y del zanolismo, unidos en el ataque a la obra social. Un sector centroizquierdista de ella tiene una posición conciliadora con Zanola, al que reclaman que encabece la defensa del ISSB. Ellos también están ‘convencidos’ de que la ‘reestructuración’ es inevitable.
El activismo tiene planteada como tarea levantar un programa, en primer lugar contra los despidos, que parecen inminentes. Paro y ocupación ante el primer telegrama. Rechazar toda intervención, del gobierno o ‘consensuada’ con la burocracia. Y reclamar la investigación independiente por parte de los trabajadores, de la situación y finanzas del ISSB. El plenario de delegados de la Bancaria debe organizar un plan de lucha nacional en defensa del Instituto, por la derogación del decreto 492 y por el financiamiento patronal de la obra social.