Sindicales
13/9/2019
El “bonillo” de Vidal
3000 pesos miserables y en dos cuotas

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La gobernadora ha tenido que resolver un “bonillo”, de escasos 3000 pesos en dos cuotas y de 2100 para jubilados estatales. Es la forma miserable con la que pretende acallar los reclamos que recorren todas las dependencias estatales, cuyo sindicato convocó a un aislado día de paro provincial pero que fue cumplido masivamente.
Vidal ha dejado expresamente afuera del pequeño bono a la docencia.
Los Baradel y Petrocini establecieron sus protestas de rigor, de palabra, ante tamaña miseria, pero se cuidaron muy bien de convocar a cualquier medida de acción directa por un bono de emergencia mayor y para todos los trabajadores. Menos que menos para reclamar reapertura de paritarias. Su compromiso de no generar conflicto en la transición hace que los tenga sin cuidado que todos los sueldos, incluso los que contemplan ajustes por inflacion (docentes) hayan quedado devaluados, toda vez que se cobra sobre la inflación pasada, que ya pagó cada trabajador.
Por otro lado, si la decisión de Vidal es también para tratar de ganar las elecciones, es claro que no la ayudará demasiado la medida. Los que reciben las cuotas del “bonillo” y los que no lo reciben dificilmente decidan prolongarle el mandato por cuatro años más.
Vale saber además que han circulado versiones de que los fondos para este cuasi paliativo provendrían de un nuevo endeudamiento internacional. Para la que se va, producto del hundimiento en el que sumió a la provincia, unos dólares más de deuda no le quitan el sueño. Lleva un incremento de 5,5% de la deuda en cuatro años nada más que por las devaluaciones. La deuda pública bajo Vidal aumentó un 447%. El pasivo bonaerense pasó de 122.085 millones a 667.746 millones de pesos desde diciembre 2015 a agosto 2019.
Lo cierto es que mientras los sueldos de los trabajadores se desvalorizaron de un plumazo un 30% y no se reabren las paritarias, el “bonillo” resuelto por Vidal, escaso y discriminatorio, ni siquiera tiene el rango de paliativo.
Los dirigentes sindicales, especialmente los enrolados en la CTA, arman informes lapidarios acerca de la crisis económica producida por el gobierno a cuenta y orden del capital, pero no para salir a un plan de lucha sino para promover la paz social de Alberto Fernández y la vieja artimaña de “la pesada herencia”.
Es la hora de ganar las calles, por aumento de emergencia del sueldo y las jubilaciones mínimas a 35.000 pesos, por apertura y aumento del monto de los planes sociales, contra las suspensiones y despidos, contra la represión, por un bono de emergencia para todos, por reapertura de paritarias e indexación mensual del sueldo.
Es la hora de salir a 36hs de paro activo y plan de lucha.