Sindicales
10/9/1990|313
Estatales – De Gennaro derrotado
El clasismo gana las elecciones de Ate de Río Turbio

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La lista clasista, violeta-naranja, arrasó en las elecciones de la seccional ATE de Río Turbio. Por 613 a 330 votos se impuso a la oficialista verde y rojo, que responde a la directiva de De Gennaro y que también contó con el apoyo del radicalismo.
La violeta-naranja fue conformada por los activistas y delegados combativos que estuvieron haciendo punta en la lucha contra la privatización de las minas de Carbón de YCF. El gobierno de Menem está embarcado en un acuerdo con el Banco Mundial para despedazar a la empresa estatal, lo cual comenzaría con el despido de 2.000 de los 3.300 compañeros que trabajan en las minas. Para justificar la “operación” los funcionarios menemistas están llevando adelante una política de venta subsidiada de carbón en beneficio de los compradores privados exportadores, lo que está provocando la quiebra económica de YCF.
La derrotada directiva de De Gennaro había desarrollado una posición vacilante y desmovilizadora frente al plan de privatización, que culminó con el reclamo de su participación en la privatización, a la que presentó como un mal menor frente “al cierre de YCF”. Esta política se dio de narices con la realidad, esto porque el gobierno no quiere ningún acuerdo de prebendas con ATE, y menos aun cuando vio que ésta es de todos modos incapaz de encarar una movilización en serio. En los días previos a las elecciones, los directivos seccionales de De Gennaro llegaron a afirmar que preferían la derrota electoral a tener que enfrentar la ofensiva del gobierno y el Banco Mundial.
La verde-rojo desarrolló de todos modos una campaña electoral maccartista, con denuncias “a la ultraizquierda", lo cual volvió a mostrar a las bases del Turbio que los degennaristas eran enemigos de cualquier resistencia y de que habían entrado directamente por la senda de la descomposición moral y política.
La violeta-naranja se conformó en una asamblea de activistas. La asamblea votó el rechazo a la privatización, en cualquiera de sus formas (contratos a terceros cooperativas, etc ), y planteó la defensa de YCF en términos diferentes al de los nacionalistas burgueses, pues reclama el “control de los trabajadores” una lucha de conjunto contra “el FMI y el Banco Mundial” y el “no pago de la deuda externa”.
El programa plantea también la reorganización del cuerpo de delegados y el derecho a la revocabilidad de los cargos gremiales. Se pronuncia igualmente por una nueva dirección obrera, independiente del Estado y los patrones.
La derrotada directiva de ATE había ignorado los Congresos Intersindicales Patagónicos que se realizaron en el último año, y es por esto que el programa de la violeta-naranja plantea la participación en las coordinadoras y la realización de congresos abiertos que impulsen el surgimiento de una nueva dirección.
Finalmente, la violeta-naranja se pronuncia por la defensa del derecho de huelga y la oposición a toda forma de indulto a los genocidas.
El triunfo clasista en Río Turbio marca la “temperatura" que está recorriendo al movimiento obrero patagónico.