El Smata acaba de firmar con Chrysler  una réplica casi exacta del convenio Fiat. Nueva ‘paritaria’ sin obreros, regirá para los 350 obreros que la fábrica “proyecta emplear en Ferreyra, Córdoba, cuando comience a trabajar” (La Voz, 3/5).

“En el caso de Chrysler se supone que los sueldos serán un 39% más bajos que los de las terminales ya establecidas”. Los “premios por productividad comienzan con un 10 por ciento y terminan en un 25 por ciento en el año 2000”. Establece la polifuncionalidad, liquida la vacación anual (la empresa puede partirlas en dos), adopta una flexibilización horaria total —la empresa puede acortar una jornada y alargar otra dentro de la semana, puede transferir operarios de un turno a otro y las horas extras sólo corren si se superan, al final de la semana, las 44 horas. El convenio ‘innova’ al eliminar el comedor, al que reemplaza por “la remuneración de media hora… al final del turno”, lo que puede dejar sin comer al trabajador durante toda la jornada (ídem).

La Chrysler se beneficia además con un gigantesco subsidio del gobierno de Córdoba en materia de infraestructura (ver PO 492). Como el convenio rige por cuatro años, hasta el 2000, ¿qué queda de la reiterada ‘promesa’ del Smata  de “apretar por el aumento de salarios una vez que la fábrica esté en producción”?

José Rodríguez también informó que el convenio con Toyota está acordado en un “80 por ciento” y dejó ‘trascender’ que “los salarios serían un 43% más bajos que en el resto de empresas” (La Voz, 3/5).