Cuando la compañera de la cooperativa Renacer de Tierra del Fuego intervino sobre las conclusiones del Segundo Encuentro de Fábricas Ocupadas que se realizaba en la puerta de la fábrica Brukman, describió con precisión las características centrales del encuentro. Denunció que la comisión en la que había participado había sido copada por estudiantes que le impusieron las decisiones a los trabajadores. En forma sintética, puso en evidencia la manipulación política a la que fue sometida el encuentro.

Con la presencia de representantes de asambleas, de comisiones internas y de algunos sindicatos, alrededor de 600 personas, en su mayoría estudiantes, se dieron cita desde el mediodía en la puerta de Brukman.

La asamblea comenzó con una puesta en escena que mostró sus “falencias” a poco de andar. Una necesidad de impresionar provocó la primera crisis al hacer subir al escenario a quienes no tenían mandato para ello. Así fue que el “representante” de Ghelco informó que su participación era a título individual debido a que la asamblea de su empresa había resuelto no participar de este encuentro sino de otro que se desarrollaba en La Baskonia. En el mismo tenor se pronunció el compañero de Panificación Cinco, en igual carácter intervino Chilavert y Cristalería Cuyo dividió delegaciones. El encuentro funcionó a la sombra del que se realizaba en La Matanza.

De por sí, el encuentro no tuvo un eje claro de desarrollo. Primaron los debates ideológicos sobre las experiencias vivas de los procesos de lucha. Rubén Godoy, del Sindicato de Ceramistas de Neuquén, planteó la necesidad de organizar un Fondo de Huelga nacional; que estuviese en manos de los compañeros “de más confianza” de cada empresa; y que una asamblea de Zanón había resuelto aportar medio jornal por mes a dicho fondo.

A la comisión respectiva le llevó más de dos horas zanjar el debate que ocasionó la propuesta. Todas las intervenciones giraban en relación a quién iba a manejar semejante suma de dinero. Un compañero de Neuquén sostuvo que no entendía para qué se había hecho un “Preencuentro” si se venía a imponer un criterio de Fondo de Huelga que, salvo en Zanón, no se había discutido en ningún otro lado.

De conjunto, el encuentro tuvo, como se ve, un marcado déficit democrático. La participación de otros sectores obreros, de las asambleas populares y del movimiento piquetero estuvo encuadrada al apoyo a los objetivos del encuentro. Los estudiantes del Pts desarrollaron en las comisiones una permanente hostilidad al Bloque Piquetero. En oposición a la convocatoria a la “Tercera Asamblea de Trabajadores ocupados y desocupados”, convocada por el Bloque, el Mijd y Barrios de Pie, se planteó una autoconvocatoria propia encaminada al fracaso.

El encuentro mostró las enormes limitaciones políticas del Pts para darle un carácter de conjunto a los movimientos en los que participa.