Sindicales

25/11/2004|878

El fraude de ATE

ATE acaba de realizar un “paro nacio­nal’ de 24 horas con marcha a Plaza de Mayo. Después de un acto de es­tado asambleario y conflictivo de los estatales de todo el país, podría su­ponerse que el sindicato se pone en marcha.


Nada más errado, las direcciones de ATE y de la CTA están férreamen­te alineadas con el gobierno Kirchner y hasta ocupan algunas de sus ofici­nas, con cargos oficiales y bancas le­gislativas del “transversalismo" K. El paro, aislado y confuso, tiene la fina­lidad de confundir a la clase trabajadora con una pose combativa y, fun­damentalmente, de regimentar y con­tener el estallido múltiple de conflictos salariales de los estatales y docentes de todo el país. Como los paros de do­centes y estatales de la provincia de Buenos Aires, las grandes huelgas de Santa Fe, del Chaco… sin ir más le­jos, los dos paros totales del Ministe­rio de Planificación, que encontraron unidos a los gremios ATE y UPCN por el salario y el nombramiento de los contratados. Unidad que aterra a las burocracias, que hacen de la atomiza­ción gremial un arte para la conserva­ción de sus feudos.


El "paro" de ATE expresamente no es un plan de lucha. No fue aproba­da ninguna secuencia de medidas que persiga algún resultado concreto. No sólo eso, la dirección de ATE ha abandonado la consigna de los 250 pesos de emergencia al básico, que encabezó todas las luchas del año, en los hospitales y ministerios. Micheli, secretario general, plantea ahora “que nadie gane menos de 735 pesos"; es decir, todos en el nivel de pobreza en forma pareja. Y deja a una amplia ma­sa sin un solo peso de aumento, co­mo si la canasta básica familiar no su­perara los 1.500 pesos.


El paro y la marcha de ATE fueron acciones rituales y truchas, en rela­ción con lo que deberla ser una lucha gremial medianamente seria. Domi­naba la presencia de organizaciones territoriales.


Como los mismos dirigentes lo ex­plican, se sienten manoseados por "una espera más que prudente sobre una serie de promesas y anuncios lanzados desde el gobierno nacional y las jurisdicciones provinciales y municipales”. Es el despecho del va­sallo postergado que, sin embargo, no osa levantar la voz contra el amo. Están mendigando los 100 pesitos “prometidos".


Los delegados y activistas estata­les deben sacar las conclusiones que corresponden y poner en marcha las asambleas conjuntas intergremiales de las reparticiones para superar el fraude burocrático, toda subordina­ción a Kirchner y Solá, y construir la huelga general estatal, por los 250 pesos al básico y el nombramiento de todos los contratados y precarizados.