En una declaración la Naranja Gráfica caracteriza que “el gremio (gráfico) está en llamas”. Es que a la ocupación de Recali, al cierre anunciado de Estrada, a los 20 despidos de Ipesa, a la tercerización de depósitos en Morbillo, al anuncio de 42 bajas por el cierre de huecograbado en Quebecor, se suma ahora el conflicto de Crónica. La “reactivación” de Cavallo hace estragos.

El diario del multimedios Crónica adeuda tres quincenas a todos sus trabajadores. El domingo pasado restó una edición, no aparecerá más los domingos y el plan patronal alcanzaría por lo menos a 130 compañeros.

La ebullición de los gráficos llegó al punto de autoconvocarse el jueves 5 de abril para forzar una información y otra asamblea al día siguiente. Ongaro se reunió dos veces con la patronal, pero no se dignó a “bajar” a una asamblea obrera. Nada bueno se está cocinando.

Como es costumbre, se largaron a rodar versiones del tipo de que el sindicato “compra” el diario. Este tipo de bolazo es idéntico al que en Estrada o Recali decía que “nos quedamos con la fábrica, que la entreguen ya”. ¡Hacen gala de tener plata, cuando están pidiendo un socorro para la Obra Social que ellos quebraron!

En Crónica se pretende meter la reconversión *eventualmente un pasquín gratuito* de uno de los mayores diarios argentinos mediante jubilaciones adelantadas, retiros voluntarios y, “de última”, despidos. Es decir, cortar por rebanadas a los compañeros. En Estrada, igual, ahora se les ofrece el 100%, mientras corre una conciliación obligatoria trucha (sin movimiento de máquinas), en una empresa técnicamente cerrada, para quebrar el impulso de lucha que llevó a la ocupación.

Tanto para Recali como para Crónica y todos los talleres en conflicto, lo decisivo es que el gremio entero gane la calle en función de una salida: ningún despido, reparto de horas sin afectar el salario ante las caídas de la producción; ningún cierre, que el Estado se haga cargo de las empresas quebradas y las ponga a funcionar bajo control obrero.

Plan de lucha gráfico ya. Inmediato plenario de delegados. Unidad de lucha con los compañeros de prensa.