Sindicales
6/8/1991|337
Los ladrones de la Unidad Socialista
El hogar “obrero” o los estafadores “socialistas”

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El Hogar "Obrero" es un gran pulpo capitalista que "integra” desde supermercados hasta una compañía de jubilaciones privadas, pasando por frigoríficos, molinos aceiteros y harineros, empacadoras de frutas y conservas, panificadoras, campos de cultivo y de crianza, servicios informáticos, un banco y una compañía de seguros. En varias de estas "empresas vinculadas” está asociado con grandes pulpos capitalistas como Cargill (en el frigorífico Minguillón), el Banco Mercantil (en las jubilaciones privadas) y hasta el Citibank (EHO es accionista de Celulosa y tienen intereses comunes en el rubro figorífico). Su facturación anual, incluyendo las "vinculadas”, supera los 700 millones de dólares.
Estafa (I): “La Cooperativa”
Los dos millones de socios de El Hogar Obrero, supuestos propietarios de este holding gigantesco, son sistemáticamente estafados y esquilmados por los "gerentes socialistas". Es que, sencillamente, el “gigante cooperativo” no existe: el conjunto de las "empresas vinculadas” está organizado bajo la forma de sociedades anónimas, lo que impide cualquier control por parte de sus "propietarios”, los socios de El Hogar Obrero.
Los socios denuncian que “es prácticamente imposible determinar el capital social de la entidad: nunca se quiso presentar un balance consolidado y el que existe consigna las propiedades a precios históricos (no ajustados por la inflación). Más aún, afirman que jamás han conocido un balance de las ‘empresas vinculadas’ y que, en más de una oportunidad, cuando lo reclamaron, se los negaron” (La Prensa, 8/5). La estafa tiene tales dimensiones que “se desconocen las cifras exactas de los activos y las deudas” (El Cronista Comercial, 27/3).
La no presentación de balances, la subvaluación y aún el ocultamiento de activos tipifican la conducta de los "gerentes socialistas” como delictiva. ¡Y estos son los hombres que se autoproclaman la encarnación de la "transparencia” y la "honestidad”.
Entre el activismo del gremio mercantil ya es un lugar común reiterar las denuncias de los brutales métodos de explotación de la patronal "socialista” y de su "íntimo" entrelazamiento con la burocracia de Cavalieri. Los despidos, las suspensiones y los traslados arbitrarios, las jornadas de catorce horas y el trabajo dominical, los salarios de miseria, la prepotencia de los encargados, la persecución de los delegados y activistas antiburocráticos son la norma en el "hogar obrero”.
Especulación
A fines de febrero El Hogar Obrero entró en cesación de pagos como consecuencia de sus fallidas maniobras en el campo de la especulación inmobiliaria (el boom de los shopping centers).
Estos emprendimientos fueron realizados con endeudamiento bancario, es decir, siguiendo el mismo camino que usó el magnate norteamericano Donald Trump para construir su “imperio” de casinos, hoteles y shoppings. El enorme crecimiento de la carga financiera y la recesión hicieron estallar el “negocio” que parecía floreciente. Para enfrentar el “ahogo financiero”, los “socialistas", al igual que Trump, se lanzaron a buscar negocios cada vez más arriesgados y a un endeudamiento cada vez más costoso que precipitaron la caída.
Los ahorristas y socios de El Hogar Obrero perderán sus ahorros y los trabajadores sus empleos, víctimas de un proceso especulativo —típicamente capitalista— conducido por gente que posa de “seriedad" y “realismo".
Estafa (II): La confiscación de los depósitos
El 24 de febrero El Hogar Obrero anunció el congelamiento “por 35 días” de los depósitos de sus 200.000 ahorristas (por un monto de casi 240 millones de dólares). El 80% de los ahorristas tienen depósitos inferiores a los 500 dólares lo que revela que los damnificados son trabajadores, jubilados y pequeñoburgueses empobrecidos. Los “35 días” del anuncio ya se han convertido en cinco meses y en una convocatoria de acreedores que aún no tiene plazo para la devolución de los ahorros.
Las manifestaciones y protestas de los ahorristas desnudaron una estafa concientemente planificada por los “socialistas". “En los últimos ocho meses —informa Página 12 (17/5) recogiendo las denuncias de los socios— la deuda con los ahorristas pasó de 37 millones a 236 millones de dólares mientras que los bancos y los proveedores mantuvieron su acreencia casi sin aumentarla. El creciente endeudamiento con los ahorristas no tuvo contrapartida en el activo, que sólo creció 63 millones”. ¡Los “socialistas” enfrentaron la “asfixia financiera” tomando depósitos que nunca pensaron en devolver! ¿Dónde fueron a parar los 136 millones de dólares que faltan? Al mismo tiempo, los “socialistas” cerraron 40 sucursales despidiendo a centenares de trabajadores... con la “comprensión" (complicidad) de la burocracia mercantil.
Los bancos —pese a ser acreedores de sólo el 20% de la deuda— manejan la convocatoria y “tomaron la posta en el momento de decidir cuándo y cómo se pagará a ios ahorristas” (Página 12, 17/5). La devolución de los ahorros está subordinada a la aprobación bancaria de un “plan de salvataje” que consiste en el remate de los activos de El Hogar Obrero. Los socios y los ahorristas denunciaron que este plan llevaba a la liquidación de la empresa y reclamaron “la intervención y una auditoria oficial para evitar que se dilapiden en un cortísimo plazo los pocos y únicos fondos existentes” (ídem). Lo obtenido por la venta del frigorífico Sapra y del Banco Roca —parte del "salvataje”— no fue destinado a pagar a los ahorristas sino a “mantener el giro de los negocios” (Página 12, 9/7), es decir a pagar a los bancos y a los acreedores capitalistas.
Como Menem, los “socialistas" privilegian a los banqueros. Los trabajadores y los jubilados cobrarán en último término... o quizás nunca. En efecto, “según el criterio de algunos abogados intervinientes, los socios no pueden hacer acción contra la entidad a la que pertenecen” y, puesto que los depositantes eran obligados a asociarse a la "cooperativa”, “siguiendo esta línea, los ahorristas no estarían para EHO en la lista de los que podrán cobrar” (El Cronista Comercial, 3/7). Estamos en presencia de una de las estafas financieras más grandes de la historia argentina, lo que ya es mucho decir en el país del BIR v del Alas.
El PSD, otra sucursal de El Hogar “Obrero”
El Hogar “Obrero” es algo más que el sustento económico, político y hasta “filosófico "del socialismo amarillo. La Cooperativa “es” el socialismo amarillo: su trenza gerencial se corresponde exactamente con el grupo mayoritario de la dirección del PSD. Raúl Dellepia-ne, secretario general del partido, es el abogado de la “cooperativa”; Antonio Méndez, su presidente, y Jorge Fernández, su gerente general, son otros dos prominentes dirigentes del Comité Nacional.
Estos hombres “reflotaron” al PSD después del fracaso electoral de 1983 y pilotearon la alianza con el PSP de Estévez Boero. Ahora, como Amira, pidieron licencia o renunciaron a la dirección partidaria cuando estalló el escándalo. Norberto Laporta, Alfredo Bravo y Héctor Polino —quienes tienen el inocultable caradurismo de hacer campaña electoral con el slogan “la honestidad, la mejor política”— también pertenecen al mismo grupo político-financiero-delictivo del oficialismo del PSD.
“El traspié financiero puso en riesgo todo el andamiaje político, al punto que, tras el alejamiento de los cooperativistas, el partido quedó descabezado y en estado deliberativo” (El Cronista Comercial, 5/3). El PSD no es más que otra “supercoop”; su actividad político-parlamentaria (y la de la Unidad Socialista) es una palanca para defender desde el Estado los “negocios” de esta trenza gerencial. Ni más ni menos que Amira y Caserta, que utilizaron sus puestos en el Estado para sus propios “negocios”.
Estos hombres no son socialistas; son los campeones mundiales del cinismo.