Sindicales

3/10/2002|774

El más ambicioso de todos

El plan de lucha votado es tal vez el más ambicioso de los resueltos hasta el momento. Integra las medidas de acción conjunta con las fábricas bajo gestión obrera y promueve la ocupación de toda fábrica que despida y la ocupación por parte de los piqueteros de empresas para su reapertura bajo control obrero, una experiencia que ya es debate político público en Resistencia por una iniciativa del Polo del lugar sobre la textil Ucal. Pero además, los obreros de Metrovías integrados a la Asamblea colocaron su plan de acción por las 6 horas en una fusión completa del movimiento obrero y piquetero luchando por una reducción de jornada.


La jornada nacional por la libertad de Castells. Será la oportunidad para colocar en Buenos Aires el eje de la libertad de Castells pero apoyado por cortes de ruta en todo el país que le den a la jornada el carácter inequívoco de un combate contra el encarcelamiento de los piqueteros, que a partir de las causas jujeñas recrudece como política de un gobierno y de un régimen que naufraga en todos los campos.


La Cta convoca un paro, justamente para ese día. El menos indicado de los treinta que tiene el mes de octubre. La resolución política de la Asamblea Nacional es inequívoca en el impulso de un paro activo nacional en el camino de la huelga general para acabar con el gobierno. Es oportuno un planteo público para que cambien la fecha, no obstante lo cual nuestros piquetes en todo el país se colocarán en la ruta de arrancar a los presos de la cárcel acabando con el gobierno, imponiendo que se vayan todos.


La jornada contra el tarifazo tiene una formulación deficiente porque omite el cacerolazo, algo que las 45 asambleas populares presentes pueden encabezar junto a los bloqueos de trabajadores y piqueteros, y que perfectamente puede debatirse y organizarse como un gran campaña en los próximos días.


Luego, la integración del triple acampe y de una nueva marcha federal que culmina el 19 y 20 de diciembre por otro Argentinazo habla de una homogeneidad en la lucha por el poder político en la mayoría de los delegados que refuerza el centro de lucha contra los que se quieren subir a la campaña electoral, sea por el voto positivo o en blanco, caucionando un plan de salida del FMI que hace agua por todos lados.


El Congreso en febrero, mediante una campaña nacional, coordinada por la Mesa de la Asamblea Nacional, marca un método y una perspectiva política a toda la lucha.