El miércoles 27 el gremio docente volvió a parar masivamente. Convocado el paro por siete entidades sindicales y por la oposi­ción antiburocrática de Tribuna Docente-Lista Rosa de la UTE (el principal gremio, que car­nereó la medida), el 85% de los maestros no fue a las aulas. Ya el 8 de octubre hubo un pri­mer paro, en similares condiciones. En aque­lla oportunidad pararon el 70% de los docen­tes. Lo que indica que la lucha se profundiza.

El reclamo central es el aumento de emer­gencia de 250 pesos al básico y el blanqueo de un tercio de los salarios que se paga en negro.

En el proyecto de presupuesto para el 2005, el gobierno de Ibarra y la secretaria de Educa­ción, Peraza, no plantean aumento del salario docente, sino sólo la promesa de comenzar a blanquear los salarios.

Mientras el presupuesto de conjunto se in­crementa en un 38%, el de Educación sólo lo hace en un 19%.

El superávit fiscal del que se jacta el go­bierno, se asienta en el congelamiento salarial de sus trabajadores, incluidos los 60 mil docen­tes porteños.

La UTE debe romper la tregua establecida con el gobierno de Ibarra, en el cual participan sus dirigentes (la ex secretaria general de UTE, Bissuti, integra el gabinete de Educación del gobierno).

Hay que profundizar ya la lucha salarial de los maestros, para modificar el presupues­to que se está discutiendo. Es necesario con­vocar a una Asamblea General sin diferen­cias de gremios, ni entre afiliados y no afilia­dos, para resolver las medidas a adoptar. Asambleas por escuela y autoconvocatorias en los distritos.