Sindicales

15/7/1999|635

El paro obrero-patronal de la UOM sirve a la patronal

El paro convocado por la UOM el jueves pasado no fue, salvo excepciones, un movimiento de lucha obrera. Fue acordado con la patronal de Adimra y entre las internas y los empresarios, que pactaron el abandono de plantas, el pago del jornal y hasta las guardias mínimas.


La marcha tuvo como consigna central la “defensa de la industria nacional”. En el despacho del ministro de Industria, Lorenzo Miguel y las patronales presentaron un pliego que planteaba cupos para la importación (incluyendo a la de Brasil); reintegro del 10% para las ventas de bienes de capital; 50% de piezas nacionales en los vehículos fabricados en el país; apoyo financiero a las empresas a través del Banco Nación; subsidiar un “auto económico nacional”.


El petitorio, no es necesario probarlo, se ajusta a los intereses de la patronal sidero-metalúrgica hasta en sus mínimos detalles y no incluye una sola reivindicación obrera.


La convocatoria dejó totalmente de lado las luchas de Diasa (Fiat) y de Corni (Peugeot-Macri) y el cierre o ida del país de Magnetti Marelli, Baterías Varta, Delphi Lem, Valeo Neiman, Valeo Térmico, Radiadores Richard, Dinacast, Teknopres, Sidertex, MWM, etc., empresas que desde noviembre del ‘98 dejaron a miles de compañeros en la calle.


No es nuestro programa


La ‘industria nacional’ que la UOM llama a defender está dominada por los grandes pulpos extranjeros, tanto en las terminales automotrices como en el grueso de la industria autopartista. Estos grupos han planteado, por su lado, la eliminación de los aportes patronales a la seguridad social, la extensión de los contratos temporarios (sin indemnización) y el establecimiento de convenios por empresa. Se valen entonces de la UOM para imponer estas exigencias, no las que pudieran afectar sus negocios con el Mercosur. El Mercosur es una ‘integración’ monopólica y parasitaria de este puñado de pulpos.


Autoconvocatoria


El pico más alto de la deliberación obrera que recorre a la UOM se dio en la seccional San Martín, donde un plenario autoconvocado de los trabajadores de Emfer (ex Morrison) y de representantes de Siemens, Bosch y otras plantas, reclamó ir más allá del objetivo de cobrar indemnizaciones en los casos de las plantas que despidan o cierran. El cuerpo de delegados de Emfer marchó a la jornada del 22 reclamando, “contra algunos dirigentes sindicales que nos dicen que si te pagan, nada se puede hacer” y para “que las patronales nos muestren sus libros contables para verificar su supuesta crisis”.


El planteo de Emfer es la salida obrera a la crisis, no el de Miguel.