Sindicales

1/12/2017

El rol de la Celeste de UTE-Ctera frente a las reformas anti-educativas

El anuncio del Gobierno de la Ciudad de la reforma en el nivel terciario a través de la falsa jerarquización que pretenden establecer Larreta-Acuña con la fusión de 29 Institutos de Formación Docente en una única institución universitaria ha generado un rechazo masivo entre los docentes de todos los niveles educativos, en particular entre los terciarios.


En la movilización del día 29 de noviembre contra las reformas laborales, tributarias y previsional, una nutrida columna educativa de los institutos terciarios se hizo presente como parte convocante de la misma.


Previamente, el lunes 27, en el plenario convocado por la conducción de UTE, la docencia combativa y antiburocrática de la Ciudad planteó la necesidad de un plan de lucha sostenido y con medidas concretas de paro y movilización cada vez que se trate el paquete de reformas, dándole continuidad y profundidad a la propia convocatoria del 29/11, llamando al paro y movilización del día 6 de diciembre convocado por sectores sindicales combativos (por caso ya fue votado por los docentes universitarios de AGD-UBA, ATE Nacional y el Sutna), y a un nuevo plenario para deliberar un curso de acción concreto.


El planteo de la conducción fue mandatar al secretario general a que tome las decisiones que considere. El cheque en blanco que hicieron votar se reflejó en una convocatoria minoritaria frente a la Legislatura Porteña el día 30, en ocasión del tratamiento del presupuesto. Se constituyó como una medida cosmética, confusa y copada por el Frente para la Victoria. La palidez de esta convocatoria contrastó de plano con la masiva columna de docentes y estudiantes terciarios del día anterior.


La conducción de UTE-Ctera se juega a que la docencia y el movimiento estudiantil permanezcan meramente en el terreno de la denuncia de la reforma. La misma línea que desarrollaron ante la Nueva Escuela Secundaria (NES) y la Escuela del Futuro: un callejón que desemboca directamente en la derrota.


Es de primer orden que la docencia y el movimiento estudiantil superen este planteo y voten un inmediato plan de acción con perspectiva de continuidad, para ello la superación de la burocracia sindical es parte de las tareas inmediatas.


El 6 de diciembre pongamos en pie un gran paro educativo que golpee al gobierno y su intento privatista de avanzar contra la educación pública de la CABA y de todo el país.