Sindicales

28/7/1998|594

El Smata negocia a espaldas de los trabajadores

El Smata Córdoba está negociando con Renault modificaciones sustanciales al convenio referidas fundamentalmente a la jornada laboral que afectarán el salario. Estas negociaciones están tan avanzadas que el viernes 24 habrá una reunión en la Subsecretaría de Trabajo provincial, “cartera que sigue expresas instrucciones de Porta (ministro de Producción y Trabajo) para anudar un acuerdo” (La Voz del Interior, 23/7) ¿Qué pretende la patronal de Renault? Renault “garantizará el pago de ciento por ciento del salario durante todo el año, más allá de las fluctuaciones del mercado. Para ellos los empleados deben aceptar que las horas extras pasen a una‘bolsa’ que empieza a jugar cuando la fábrica necesita disminuir su producción y suspender empleados”(ídem). Es decir, las horas extras no se pagarán, van a esa ‘Bolsa’ para ser ‘redistribuidas’ a la hora de suspender trabajadoras. La ‘propuesta’ patronal se completa con la creación de un tercer turno y la alteración de los horarios de descanso (transladándonos al final de la jornada) tal como rigen en Fiat.


La patronal ha venido amenazando que si no se cambia el convenio se retirará de Córdoba para privilegiar sus plantas de Brasil. Aunque la patronal sostiene que de esta manera no se afecta el salario, la propuesta sobre las horas extras es clave en este momento ya que Renault está trabajando a pleno. Según la empresa tienen “imperiosa urgencia de pasar de fabricar 380 vehículos diarios a un total de 490 unidades” (ídem); que se trata de una situación meramente coyuntural lo confiesa el propio vocero patronal: “cuando Renault suspende —subrayó Lardizábal, director de Relaciones Industriales— abona el 75% de los salarios netos, la realidad nos indica que no sabemos si en el futuro podremos pagar siquiera el 50% de esos haberes, por ello queremos compensar buenas y malas” (ídem). Lógicamente, la propuesta no dice nada de garantizar la estabilidad laboral ni de frenar las tercerizaciones que Renault ha convertido en su estrategia para rebajar salarios y liquidar conquistas.


Campellone se mostró ‘comprensivo’ con las preocupaciones patronales respecto a las diferencias con Brasil pero atribuyó éstas al régimen de subsidios del Estado brasileño con lo que se metió de lleno a favor de las pretensiones de los pulpos automotrices imperialistas en la discusión del nuevo régimen para el sector.


La burocracia rechaza de palabra las propuestas de la empresa pero negocia a espaldas de los trabajadores modificaciones sustanciales al convenio por lo que cualquier discusión del mismo partirá de los avances conseguidos por la patronal con las ‘actas’ complementarias. La política de la burocracia está enteramente al servicio de los intereses patronales. Con el ataque al convenio en Renault, con las suspensiones en Fiat y las autopartistas, con las‘actas’ violatorias al convenio Transax, está más que planteada la necesidad de una asamblea general del Smata que provoque un giro de 180º en la intervención del gremio y dé paso a la lucha por la defensa de las conquistas de convenio, la derogación de los convenios negreros de Fiat, GM y Chrysler y hacer que la crisis la pague la patronal.