Sindicales

17/8/1988|237

Gráficos

El triunfo de Ongaro está resultando muy caro

Despidos, miseria y corrupción

En La Razón 73 despidos; otros 93 inminentes en Editorial Abril; 30 talleres con suspensiones; vacaciones adelantadas y despidos hormigas; “arreglos” y traslados en Crónica; vaciamiento definitivo de Bianchi (el mayor taller de obra del país); decenas de talleres que preparan su traslado por la ley de promoción industrial. Esta es la situación del sindicato gráfico.

A la par de esto la caída del salario gráfico batió todos los récords: en el semestre enero-junio “aumentó" un 80,4% contra 121,2% del costo de vida.

Eso lo firmó bimestre a bimestre la burocracia de la Verde. El ongarismo ha llevado tan lejos como el peor burócrata el papel del sindicato como oficina del Estado y las patronales.

La recesión ha llegado a tal extremo que cierran pilas de pequeños talleres en beneficio de los grandes, que aguantan más tiempo. Esto ocurre ostensiblemente en las ramas más débiles como encuadernación. Hay cierres de revistas (Siete días, Claudia), bajas de tirajes en diarios (30% Crónica) y caída en la mayoría de las ramas. Pero los grandes capitales como Bianchi (Nobleza Piccardo), Zupan, Delta Penna (Papelera Masuh), Celoprint (Georgalos) y casi todas las plantas de la pujante industria de formularios continuos (Cheques, Computación, etc.), se trasladan por promoción industrial para no pagar impuestos, pagar sí salarios de hambre, en negro, etc.)

En este cuadro el ongarismo no ha convocado ni a un miserable plenario de delegados, nada. No sólo es tenaz opositor a ocupar las plantas que despiden, desalienta toda huelga y ha largado la línea de las vacaciones adelantadas en pacto con las patronales. Justifica, además, todas las maniobras patronales, y así dice que Nobleza Piccardo es víctima de la crisis cuando ésta ha colocado dos plantas en el interior pagando acá indemnizaciones superiores a las de ley, que son un poroto al lado de las suculentas superganancias que producen la evasión fiscal y social de los traslados.

También en estos días el cierre de la sede norte hizo estallar una lucha intestina entre menemistas y cafieristas que sacó a luz la corruptela de una cantidad de funcionarios, la malversación de fondos de la Obra Social, para mantener en esta zona de mayoría naranja un enclave anticlasista a un costo (sólo por alquiler) de 1.400 dólares mensuales, que ahora cierran, una vez pasadas las elecciones, y al diablo con la asistencia social de la zona.

La tradición de lucha del gremio y la envergadura del activismo clasista nucleado en la Agrupación Naranja han acentuado los rasgos conservadores de esta burocracia y ponen a la vista la descomposición y la corruptela del aparato.

El gremio no tiene salida sin tomar en sus manos la lucha contra la miseria salarial y los despidos. No tiene salida sin la expulsión de la burocracia.

El activismo está realizando una experiencia dolorosa y profunda sobre las consecuencias del triunfo ongarista. Es necesario enfrentar los traslados de planta; no a las suspensiones y despidos, por ei reparto de las horas disponibles de trabajo; aumento de emergencia.

En nombre de este programa llamamos a reclamar un plenario de delegados y una Asamblea.

Por la solidaridad con las empresas en conflicto; movilización y piquetes de huelga.