Sindicales
7/11/2023|1680
El balotaje en el movimiento obrero
El voto a Massa, una línea de desmovilización y derrota.
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Sergio Massa y la CGT.
El balotaje y su extorsión en favor del voto a Massa se ha transformado en un importante caballito de batalla de la burocracia sindical y de sectores kirchneristas integrados a Unión por la Patria que colocan al tigrense como un adalid de la democracia y hasta de los derechos de los trabajadores.
No caben dudas de la impronta de flexibilización laboral de Milei, a lo cual el aporte centroderechista de Macri y Bullrich no le agrega nada progresivo si recordamos los desvaríos de la excandidata diciendo que derogaría la legislación laboral por decreto, algo que rápidamente chocaría con una manifiesta inconstitucionalidad. Pero el macrismo y el propio Milei han dado muestras de que tan torpes no son. Milei antes de las Paso selló alianza con Barrionuevo, aunque el gastronómico se abrió después de la derrota del facholibertario el 22 de octubre; tiene a Ansaloni de Uatre en la lista y algunos burócratas menores.
Macri, recordemos, tuvo el apoyo de Hugo Moyano en sus inicios y luego acordó con la CGT de Daer y Cía un borrador de más de cien artículos de reforma laboral que tuvo que archivar ante las jornadas de lucha de diciembre contra otra reforma, la jubilatoria, que la misma CGT dejó pasar.
O sea que ambos, Milei y Macri, tienen en sus mentes y sus antecedentes pactar con la burocracia sindical para las reformas de última generación que impulsa el FMI y el conjunto de la clase capitalista para la próxima etapa.
Pero, sin dudas, la masa de la burocracia sindical apoya a Massa, desde Daer hasta Godoy de la CTA Autónoma, pasando por Palazzo, los Moyano o Yasky. Incluso en la Córdoba del PJ schiarettista, la CGT (UOM, Camioneros, Atsa) y el histórico exministro del gobernador Phien, exdirigente del poderoso SEP de empleados públicos, se alineó con UxP en el balotaje. No se puede obviar que Massa fue el candidato de los gordos desde la primera hora, en aquel acto del 1º de Mayo en Obras para pedir puestos en las listas, que no llegaron. Daer fue diputado del Frente Renovador de Massa y los gordos cerraron filas rápido contra el propio “Wado” De Pedro, el candidato que no fue.
¿Se acuerdan que existe el paro nacional?
Este alineamiento ha tenido una función central: evitar toda intervención de la clase obrera en el período electoral. Semejante tarea de freno se ha dado durante el estallido de la pobreza arriba del 40%, el golpe sistemático al poder adquisitivo de los salarios con una caída de 6,5% respecto de la inflación de agosto (5,9% de incremento contra 12,4% de inflación) y del 3,2% en setiembre (9,5% contra 12,7%). El Ieral de la Fundación Mediterránea estima la caída del salario real, incluyendo trabajadores formales e informales, jubilaciones y planes sociales, en un 14%, la mayor caída en 20 años. A la CGT y las CTAs no se les mueve un pelo, los paros nacionales son un recuerdo.
Las jubilaciones han sido el eje del ajuste fiscal hasta el 31 de agosto y, debajo del paquete de medidas electorales, sigue esa reducción de carácter histórico en los básicos, paliados apenas en las mínimas con bonos por única vez que se prolongan hasta el próximo gobierno. De ahí en adelante, lo que quedará será el desplume brutal por inflación de los siete millones de jubilados. Las paritarias corren de atrás salvo raras excepciones, por eso aún el Ripte -que mide salarios formales- da negativo: 4% real a la baja en los cuatro años de gobierno desde el subsuelo de 2019, en pleno derrumbe macrista.
Este recorrido del ingreso no difiere en torno a los desocupados y más aún en los precarizados informales, cuyos ingresos perdieron mucho más. Para los beneficiarios del Potenciar Trabajo -el sector del movimiento obrero desocupado y semiocupado en cooperativas de superexplotación o directamente dependiente de changas eventuales o de atender un comedor comunitario para millones de personas que no logran alimentarse en sus hogares- el ministro y candidato no esperó y sorprendió con un decreto que tendrá vigencia al 1º de enero de 2024, gane él o Milei.
El decreto disimula más de lo que dice, pero al pasar al Ministerio de Trabajo la órbita de los programas sociales, anticipa la transformación en un “programa de empleo” a plazo fijo. El viejo verso para cortar los planes aunque la economía esté destruyendo y no generando puestos genuinos. Y el otro objetivo lo planteó Daer repetidamente: desenganchar el Potenciar del salario mínimo. Esto se anunció tras la reunión de Massa con la UIA, es un reclamo estratégico del capital para evitar el piso salarial que implican los planes a los salarios de hambre. Y, claro, para golpear al combativo movimiento piquetero que hizo frente al hambre en las calles y en la lucha. Ahí el voto a Massa del Evita y Grabois juega el mismo papel desmovilizador y de confusión que el de los Daer y Cía.
Otras perlas están ocurriendo ahora mismo, sin esperar el balotaje. Kicillof descontó los días de los masivos paros Multicolor en la provincia de Buenos Aires. Un ataque al clasismo y a una lucha de masas que desbordó a Baradel. Parece que no tiene problema en seguir los pasos de Alicia Kirchner, declarada enemiga de los docentes santacruceños, aunque a la “cuñada”, finalmente, le costó la gobernación.
En Santa Fé un sindicato camionero opositor a Moyano hizo un convenio que elimina la indemnización con un sistema del tipo Uocra, como plantea Milei. Cavalieri acepta la homologación de un convenio por el cual los comercios que se declaren con “problemas económicos” pueden suspender al 50%, algo firmado en la pandemia, pero que se homologa justo ahora. Son señales al círculo rojo en la línea que fijaron Barrionuevo y Gerardo “Batallón 601” Martínez: “la reforma laboral la hacemos nosotros, gremio por gremio”.
No hay mal menor para el movimiento obrero
No hay “mal menor” en el balotaje. Este concepto es veneno para la conciencia de clase, porque lava la cara del peronismo que presenta ante la burguesía sus cartas más fuertes de contención para descargar la crisis sobre nuestras espaldas, como lo reconoció Gustavo Grobocopatel. Es el motivo por el cual Marc Stanley impulsó tempranamente la “unidad nacional” que ahora proclama Massa, donde incluye a la UIA y a la burocracia, además de los Gerardo Morales, los Pichetto o los Monzó. Milei a su manera, con Macri y Bullrich, está buscando reunir también ese capital político de “unidad nacional” para su motosierra.
El sometimiento de la burocracia ha llegado al punto que sus máximos exponentes se reunieron con Antoni Rubí, el catalán asesor de Massa, que les propuso levantar toda idea de acto hasta después del debate y trasladó a Santiago del Estero la iniciativa del candidato que quieren “desperonizar”, esconderlo de todo lo que huela a movimiento obrero. Y los que más militantemente le hacen la campaña para pronunciar a los sindicatos por Massa son los agrupamientos kirchneristas como las direcciones del Sipreba, la AGTSyP del subte o la Foetra de Claudio Marín. Con la falsa alternativa “fascismo o democracia” visten de seda a un Massa socio de la mano dura y de todos los gobiernos más represivos de las provincias.
La política de parálisis frente al ajuste actual trabaja para la derrota del movimiento obrero, suba quién suba, Massa o Milei. Porque suba quién suba vendrá una megadevaluación, un salto inflacionario que algunos estiman en el 200/300% en 2024 y las inevitables consecuencias en el empleo. Porque suba quién suba, la agenda de la clase capitalista son las reformas laboral y previsional y los tarifazos, de la mano del ajuste para pagar una deuda impagable.
El triunfo de Massa no sería un triunfo de los trabajadores, es falso, sólo sería una derrota electoral de Milei y Macri, pero colocando al tope del poder político a un Menem del siglo XXI. Massa fue el enemigo de la gran huelga del Sutna el año pasado a la que amenazó con abrir las importaciones para quebrarla. Massa es el que indicó a los docentes que luchan que “basta de joda”, cuando ahora mismo los educadores entrerrianos van a la huelga contra el peronista Bordet, todavía gobernador. Cuando ahora mismo su aliado jujeño busca quebrar las grandes luchas de la provincia consolidando una caída del 25% de los salarios en la paritaria.
En el movimiento obrero, ante todas las compañeros y compañeros, ante su vanguardia, asustada y confundida, tenemos que llevar la experiencia histórica del clasismo que tuvo que enfrentar a Isabel contra el rodrigazo, a Menem contra su década infame, a Duhalde en el Puente Pueyrredón, como enfrentamos a De la Rúa o a Macri. La independencia política de los trabajadores no se puede sembrar votando a ninguno de nuestros verdugos. Nuestra tarea es preparar a los trabajadores para luchar contra el gran ajuste capitalista, gane quien gane.
https://prensaobrera.com/politicas/no-apoyamos-politicamente-ni-votamos-ni-a-milei-ni-a-massa
https://prensaobrera.com/libertades-democraticas/jueves-9-todos-a-la-marcha-contra-la-criminalizacion-y-la-represion-de-la-protesta-junto-con-el-encuentro-memoria-verdad-y-justicia