Sindicales

25/2/2016|1400

Elecciones en el sindicato gráfico: una fuerte lista para enfrentar el ajuste


Las elecciones son siempre un hecho trascedente para un sindicato. Más aún cuando, como en el caso de la Federación Gráfica, no hay otras instancias de participación masiva de afiliados. La asfixia de la vida gremial realza la importancia de la lista que acaba de ser oficializada por la Junta Electoral. La Naranja une a una tradición clasista, única en el movimiento obrero argentino, las mayores conquistas de toda la industria.


 


Interpack, AGR-Clarín y Morvillo “materializan” el programa y los métodos que defendemos -como en el pasado lo hizo Editorial Atlántida y empieza a hacerlo Ipesa. El contraste con la degradación general es abrumador.


 


En nuestra lista confluyen, además, compañeros de empresas emblemáticas, como Crónica, Popular, Cedinsa, Cooperativa 22 de Mayo, Cooperativa Sol y Poligráfica Del Plata. A ellos se suman nuevos delegados y activistas como los de Aluex o Tobacco, una enorme planta, propiedad del grupo australiano Amcor, que por primera vez participará de la elección.


 


El ajuste que pasó…


 


Los despidos masivos, que hoy se extienden a todos los gremios, empezaron, en nuestro caso, hace rato; 1.500 puestos de trabajo se perdieron en un año y medio, sin que por ello el sindicato abandonara su subordinación incondicional al kirchnerismo.


Los cierres de talleres como Donnelley o WorldColor fueron presentados como represalias de las multinacionales “buitres” contra el gobierno nac&pop; una explicación conveniente al relato K, pero reñida con la realidad de otros vaciamientos como el de Vulcano, Cortiñas o Poligráfica Del Plata, del negrero ex candidato del FpV, Szpolski.


 


…y el que viene


 


Con el triunfo de Macri, el sindicato prometió “pasar a la resistencia” pero, salvo un par de insustanciales comunicados, no ha hecho nada.


Ni siquiera el anuncio del BCRA de sustituir los recibos bancarios de papel por electrónicos -que motivó la protesta y una amenaza de paro de camioneros- lo sacudió de la siesta. ¡Y eso que la medida afectará a miles de imprentas!


 


Otro golpe vendrá con la apertura de la importación de libros (se trata de un mercado de más de cien millones de ejemplares) y los seguros achiques en la Casa de Moneda y la ex Ciccone. La nota de La Nación, informando sobre un déficit de 1.300 millones de pesos, es una señal inequívoca.


 


La primera gran batalla es la paritaria


 


La primera gran batalla es la paritaria. La pasividad frente a la negativa empresaria a otorgar un bono es un pésimo antecedente. Hay que rechazar cualquier variante de “paritaria corta” como se empieza a escuchar. La promesa de firmar por un porcentaje menor para volver a discutir en el segundo semestre es un cuento chino; recordemos que todas las actas anteriores incluyeron una cláusula de reapertura que jamás se cumplió.


 


Lejos de preparar al gremio para defender el salario, el ongarismo está enfrascado en la interna peronista. Organizaron un acto junto a Moreno para impulsar “una amplia afiliación al Partido Justicialista”. Allí Moreno explicó, además, que “instituciones que como este gremio… deben tener una política” porque si no cuando “sale el movimiento obrero… se desordena”. El matancero Espinoza dijo lo mismo pero fue más directo: “será el peronismo el encargado de contener la conflictividad social”.


 


Por un sindicato para enfrentar el ajuste


 


Necesitamos un sindicato que prepare al gremio para movilizarse por las reivindicaciones obreras y no que busque canalizar la bronca hacia un aparato político en retirada como el FpV.


 


Nuestra lista es el resultado de una intervención sistemática sobre la base del gremio, orientada a separarla de la influencia de la burocracia sindical peronista y empujarla a una acción colectiva contra el ajuste patronal.