Sindicales

1/12/2022

1 y 2 de diciembre

Elecciones en UTA: ni Fernández ni Bustinduy, votar en blanco o no votar

Dos burocracias sindicales al servicio de los monopolios de transporte.

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El 1 y 2 de diciembre habrá elecciones en la UTA. Por un lado, la burocracia oficialista que encabeza Fernández -lista Celeste y Blanca-, lleva adelante una política de entrega abierta a los monopolios y patronales del sector y es responsable de una caída salarial histórica. La paritaria es actualmente una discusión sobre el nivel de subsidios al sector, del que las patronales destinan una porción menor a salarios, que se arregla siempre una vez que las empresas consiguen “la suya” a costa de compensaciones o aumentos de tarifa, siendo el salario la variable del ajuste empresario.

Las cuestiones más notorias: los nuevos contratos a plazo fijo a tres meses con muchísimos compañeros que no consiguen trabajo estable. El trabajo en negro. Los convenios o “arreglos” por empresa a la baja del convenio, como el que el gremio permite aplicar en la Metropol, con 4 francos y sin pago de horas extras. La práctica eliminación del certificado del “médico tratante” y el fraude que cometen las patronales sólo aceptando el certificado de ADS o su servicio médico. Paralelo a esto, la persecución por la simple opinión gremial o la actividad en todas las empresas, las patotas sindicales, la total falta de democracia, etc. Esta dirección sindical es la responsable de tamaña entrega.

Por otra parte, está la lista Azul, que encabeza Bustinduy, personero de DOTA y otros monopolios y empresas como el Grupo Autobuses. En estas líneas los trabajadores también sufren toda clase de atropellos. Hace punta la flexibilización en algunas de ellas el chofer “multilíneas” que debe comunicarse todas las mañanas para que le asignen línea y horario laboral, con jornadas de 12 horas. Intentan hacer avanzar el “monotributismo”. De igual forma la persecución con las patotas, por la actividad gremial de los opositores. Para la tribuna hacen gárgara con la oficialización de la Lista Azul, mientras en sus líneas hacen despedir al activismo. Bustinduy y los cuerpos de delegados que les responden no están apoyados por la amplia masa de choferes de esas empresas, por el contrario, la base repudia a estos dirigentes, al igual que a Fernández. El único sostén de Bustinduy es la propia patronal de DOTA. Esa es su verdadera “banca”.

La burocracia sindical oficialista y “opositora” -en las líneas de DOTA- transformaron el gremio en un mar de flexibilización, precarización laboral y persecución antisindical.

Crisis y divisiones

Es totalmente claro que la existencia de dos listas en la elección muestran una profunda división de la burocracia sindical, en primer lugar, en función de las disputas económicas entre los monopolios del transporte por los subsidios del estado y el negocio. Sin embargo, esto tampoco escapa a la crisis política y divisiones en el peronismo y la CGT. El gobierno dio un claro aval al oficialismo de Fernández, poniendo rápidamente los subsidios al servicio de un cierre rápido del segundo tramo de la paritaria 2022, que aunque solo alcanzó a cubrir la inflación evitó un desgaste aún mayor de la burocracia oficial, que venía de firmar salarios a la baja en los últimos años. Es que Fernández, representa una burocracia sindical abiertamente propatronal y entregista, aliada de cuanto gobierno haya y da sobradas muestras de ser una garantía para la aplicación de la política de ajuste del gobierno-FMI. En la CGT Fernández está alineado con los gordos.

Bustinduy, igual de propatronal que Fernández, cuenta con el respaldo del moyanismo y en los últimos tiempos esbozó cierto alineamiento con el kirchnerismo, sumándose a los últimos actos de este sector. La Azul es el ejemplo en el gremio del papel antiobrero del moyanismo y que no encarna ni de ser cerca una “resistencia” al ajuste, como tampoco lo hace el kirchnerismo que por el contrario lo encabeza desde el gobierno.

Un tercer sector de la burocracia sindical -aunque marginal- que no fue oficializado por la burocracia oficialista, es el de la Roja Federal, encabezada por Ríos. Se trata de una corriente que intentó capitalizar el descontento de sectores del activismo y la base del gremio con los dos agrupamientos principales. Pero Rios, también fue parte del Consejo Directivo Nacional con Bustinduy y Fernández, que además representa a una burocracia peronista de derecha de la más pura cepa, ajeno por completo a cualquier lucha en el gremio.

Votar en blanco o no votar

El canal para el rechazo a la entrega del salario y el convenio no puede ser por supuesto el voto a alguna de las dos variantes que se presentan. ¿Votar a la Celeste y Blanca contra el monopolio DOTA? Fernández, también representa a los monopolios del transporte y a los intereses generales de las patronales del sector. Es el personero de la Metropol, de Ersa y tantas otras. ¿Votar a Bustinduy para “sacar” a Fernández? Sería reemplazar la “conducción” de un monopolio por otro.

El voto a alguna de las variantes de la burocracia sindical debilita y divide al activismo del gremio. Necesitamos salir de este pantano, un planteo que nos una en todas las líneas contra las patronales y la burocracia sindical.

Con el posicionamiento mayoritario del cuerpo de delegados de la 60 y su campaña por el voto en blanco, se terminó finalmente consolidando un canal de rechazo a las dos burocracias sindicales que se presentan a las elecciones.

Definitivamente necesitamos abrir paso en el gremio a otro programa. El salario básico conformado de bolsillo con un mínimo en la actividad que alcance el costo de la canasta familiar y la equiparación de choferes y técnica. La defensa de las condiciones del convenio contra la flexibilización y precarización laboral: contratación por tiempo indeterminado, basta de contratos a tres meses, trabajo en negro, convenios por empresa a la baja y tareas “multilíneas”. Por la seguridad de los choferes, inmediata implementación de cabinas blindadas en todas las unidades y comisiones de seguridad laboral y condiciones de trabajo en las empresas. Por la salud de los trabajadores, preminencia de las licencias médicas del trabajador sobre el control médico del empresario y recuperación de la obra social con control de una comisión de afiliados. Basta de despidos y suspensiones. Fuera la persecución patronal-burocrática y las patotas del gremio. Democracia sindical.

Estas reivindicaciones son incompatibles con la burocracia sindical del “palo” que sea. Convocamos a votar en blanco o no votar para expresar nuestro rechazo al actual estado de cosas. Pero este debe ser el primer paso. Necesitamos organizarnos en una agrupación clasista para impulsar la lucha y la recuperación de los cuerpos de delegados. Esta es la base firme para la recuperación del gremio.

Ni Fernández. Ni Bustinduy. Fuera la burocracia sindical. Como la 60 votar en blanco – o no votar- en rechazo a la entrega del salario y el convenio.