El próximo 17 de mayo serán las elecciones nacionales de la UEJN – Judiciales, dirigida desde hace 32 años por Julio Piumato, de la Lista Marrón. Alrededor de unos/as 14 mil judiciales de la Justicia Nacional, Federal y de algunas justicias provinciales están habilitados/as para votar en la renovación de Comisión Directiva Nacional, Regionales, Seccionales, y Congresales.

En esta oportunidad se enfrentarán tres listas: la Marrón, la Celeste y Blanca y la Lista Azul-Bermellón, donde Facundo Miño, quien escribe estas líneas e integra la Comisión Interna de Penal, es candidato a Secretario General Adjunto junto a otros/as destacados/as delegados/as que ocupan importantes lugares de la lista, como Francisco Estrella Gutiérrez, delegado de Obra Social, y Luisina Prieto, integrante de la Comisión Interna de Civil y Comercial Federal; una organizadora en el movimiento de mujeres judiciales.

La lista Azul – Bermellón está constituida por el bloque mayoritario de lo que fue la lista opositora Violeta de 2018, la que conquistó la minoría en la UEJN después de 16 años sin oposición alguna. En esta lista están la Comisión Interna de Penal, la de Civil y Comercial Federal, una parte del Fuero Civil, delegados/as de la Corte Suprema y compañeros/as de diversos fueros.

Nuestra lista se presenta en Capital Federal, donde es la única oposición a la Marrón de Piumato en la categoría de congresales (elige el 50% de los cargos), ya que la lista fantasma que presentó la Celeste y Blanca no logró reunir ni por asomo los requisitos mínimos para la oficialización de la lista. También nos presentamos en la regional 11 (Tucumán, Santiago, Catamarca) y distintos compañeres del país están integrados/as en la lista nacional de Comisión Directiva.

En su programa, la Azul-Bermellón plantea: “una UEJN independiente de la Corte y los gobiernos” que tenga “una Secretaría de Género y diversidades”, “que pelee por el salario y por un convenio colectivo de trabajo, por la democracia sindical y la recuperación de la Obra Social, por el federalismo en la Unión y el 82% móvil para todos/as los/as judiciales”.

Ruptura sin consecuencias inmediatas

A diferencia de 2018, donde hubo una sola oposición, y que se presentaba con un programa independiente, esta vez habrá 3 listas. El secretario adjunto del gremio, Luis Bechis, quien siempre fue un elemento decorativo de Piumato, ha roto sin dar explicaciones y ha armado la Lista Celeste y Blanca agrupando a un sector menor del aparato de la Marrón que fue marginado en el reparto de la caja.

De la oposición que constituimos en 2018 solo un sector se incorporó a la Celeste y Blanca. Mientras sectores del fuero Laboral decidieron no participar de la elección, Patria Grande, que no tiene ningún desarrollo considerable, se integró a este armado burocrático buscando aportarle infructuosamente un viso de feminismo a una lista que tiene varios miembros denunciados por graves hechos de violencia de género.

La Celeste y Blanca no tiene ninguna perspectiva; incluso está planteado que retrocedan en posiciones propias. Sin embargo, es un llamado de atención respecto a la descomposición de una burocracia sindical complice de los ajustes y la entrega de los derechos de los trabajadores, cuestión que se va a ir intensificando en la medida que avance el ajuste acordado en el pacto con el FMI.

La lucha inmediata

Las elecciones se dan un contexto en donde, en la Capital Federal, que representa alrededor de la mitad del padrón, todavía se trabaja bajo un esquema laboral mixto en gran parte de las dependencias. En las últimas semanas se ha ampliado la presencialidad en el sector correspondiente a la justicia penal. Sin embargo, la participación es incierta: la burocracia de Piumato ni siquiera consideró realizar la elección en más de una jornada, de modo de facilitar la votación de les compañeres que trabajan con burbujas.

Asimismo, está pendiente el segundo tramo de recomposición salarial del año. Si bien la burocracia de Piumato anunció que si no sale el aumento del 20% al primero de abril a este martes 10, el miércoles 11 habrá un paro con movilización, todo pareciera indicar que, como ocurrió en las elecciones de 2018, la Corte habilitará el aumento en la previa a la elección para favorecer el voto a la burocracia. Por nuestra parte, nos encontramos recorriendo las oficinas, planteando que en caso de no salir el aumento este martes, paremos y movilicemos masivamente el 11 de mayo.

Perspectivas y desarrollo

El fortalecimiento de una oposición nacional nucleada en torno al Frente Azul-Bermellón, el cual a lo largo de 8 años ha sabido defender un principio de unidad poniendo siempre al frente los intereses de les trabajadores judiciales, reforzará un campo independiente de organización y lucha para todas las batallas que se avecinan. Será a su vez un jalón en la lucha por recuperar las comisiones internas en manos de la marrón y transformarlas en herramientas de organización y deliberación de las bases.

Como se ve, en un cuadro muy complejo, donde debimos intervenir sobre una inmensa totalidad de frentes y problemas, hemos logrado plantar una bandera de lucha de cara a las elecciones de la UEJN. En un contexto de ajuste y con una conducción que se ha partido en el cuadro de crisis más general que comienza a atravesar a la burocracia sindical argentina, se plantea más que nunca la necesidad de una nueva dirección en la UEJN.

Este 17 de mayo pongamos a la Unión de pie. Votemos masivamente a la Lista Azul-Bermellón.

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