En las últimas horas se conoció la existencia de al menos dos casos positivos de Covid-19 en dos barcos distintos con base en el puerto de Mar del Plata.

En ambos buques, los marineros se encuentran embarcados con varias decenas de compañeros. Los barcos en cuestión son el “Atlantic Surf III”, con 31 embarcados de la empresa Glaciar Pesquera S.A., el cual todavía se encuentra atracado en el puerto y el “Scirocco”, del pulpo pesquero Solimeno, con 30 marineros a bordo que zarpó el domingo sin aguardar los resultados de los controles previos  y recién hoy se conocieron los resultado.

Un tercer buque zarpó con inconsistencias en la documentación sanitaria y fue obligado a volver por Prefectura, al calor del escándalo generado por los otros casos.

En todos los barcos antes de que estos zarpen laboraron 2, 3 o 4 astilleros o empresas de reparaciones navales.

Según Gabriela Sanchez, familiar de tripulantes del buque Repunte y de la Multisectorial Ningún Hundimiento Más y vocera de las múltiples reivindicaciones de los obreros de la pesca, era lo que tenía que pasar por que las empresas han presionado para sacar los barcos a navegar a cualquier precio (para los trabajadores). "Sabíamos que esto era una ruleta rusa…se elaboró un protocolo sanitario que tenía fallas, sabíamos que los trabajadores embarcados enfrentan la triple amenaza del trabajo peligroso de por sí, por la persistencia de los barcos chatarras, y porque con la excusa de la declaración de "actividad esencial", para una actividad que exporta el 95% de lo que produce, cuando la producción para consumo interno se podría cubrir con el pescado guardado en las cámaras, se manda a los marineros a trabajar en medio de una pandemia" señaló Gabriela. 

El Intendente Montenegro (Cambiemos) había profundizado su política de cuarentena con fórceps a través del anuncio del cierre del distrito a los trabajadores que "vengan de afuera", prohibiéndoles su entrada, y reforzando los controles en las 6 entradas de la ciudad.

Los casos detectados están lejos de darle la razón, ya que los 2 trabajadores infectados provienen de CABA y de Lujan respectivamente, demuestran es que el problema no es donde acusa el domicilio el trabajador, sino que el problema es quienes hacen los controles y fundamentalmente, que el puerto es una zona liberada a las patronales: los tripulantes habían sido testeados por un laboratorio privado y la empresa no esperó el resultado del test e hizo zarpar el barco antes de conocerlo.

La respuesta del gobierno municipal a esta atrocidad ha sido dejar en cuarenta a los trabajadores del buque embarcado en el medio del mar, en lugar de alojarlos en un hotel, cómo lo hacen con los repatriados.

Como lo venimos denunciando en Prensa Obrera, la voz de los trabajadores estuvo ausente, y las burocracias sindicales han jugado en favor de las patronales.

Redoblamos la lucha por comisiones obreras electas y revocables de control sanitario y laboral en el puerto y en cada lugar de trabajo.