Sindicales

31/7/2014|1325

Emfer, la lucha política

El día mismo de la ocupación de Emfer y Tatsa y de la batalla contra la gendarmería de Berni en la Gral Paz, en una asamblea de los huelguistas comprometimos un proyecto de ley para que el estado se haga cargo de los talleres vaciados por Cirigliano. Junto al cuerpo de Delegados de Ecotrans, presente, denunciamos que este grupo empresario está vaciando sus líneas con el retiro de 50 coches que significaron la eliminación del recorrido Liniers-Primera Junta.

En la asamblea misma delineamos la contribución parlamentaria que haríamos, mediante un proyecto de ley para garantizar “los talleres ferroviarios tanto para los viejos como para los nuevos trenes” (chinos u otros), lo que fue vivamente aplaudido por los trabajadores.

En primer lugar, declarar los talleres de “utilidad pública y sujetos a expropiación”. En segundo lugar, que una comisión investigadora de libros y cuentas de la vapuleada empresa establezca el derrotero de deudas con el Estado y otras, y los destinos de los cuantiosos subsidios del estado al grupo responsable de la masacre de Once.

Al mismo tiempo, que los Cirigliano se hagan cargo de los pasivos emergentes con sus empresas compradas mediante la malversación de las cajas ferroviarias y con sus patrimonios personales, de manera que nada se pague Emfer y Tatsa y además devuelvan un patrimonio arrancado al estado mediante la corrupción y la desinversión del sistema ferroviario.

El proyecto incorpora la realización de un inventario de toda la maquinaria que hoy custodian los trabajadores en lucha, que en gran parte es concesionada.

Por otro lado, establece que el estado garantice la continuidad productiva, la continuidad de los puestos de trabajo y condiciones salariales y convencionales y de antigüedad del conjunto de los trabajadores, afrontando toda deuda que hubiere al momento de la aprobación de la ley.

Establece la incorporación de toda la maquinaria y/o renovación que hiciera falta para garantizar la operatividad de los talleres como industria ferroviaria.

Y, por fin, establece que una Comisión de Fiscalización electa por los trabajadores, controlará las cuentas de la empresa para que no vuelva a ocurrir lo que acaba de ocurrir: el vaciamiento.

Los trabajadores recibieron muy bien el proyecto y le hicieron las pequeñas modificaciones que creyeron convenientes, como la libertad de futura afiliación sindical, para disponer soberanamente sobre el punto.

Pero he aquí que el kirchnerismo a través de Héctor Recalde, les planteó que no podría apoyar un proyecto que viniera del Frente de Izquierda, por bien que estuviera. Así las cosas, los trabajadores ofrecieron el texto literal, que fue adoptado, excepto el artículo del control obrero de cuentas, incluso en la letra fiel de sus fundamentos.

Será para nosotros, muy grato votar el proyecto oficial que redactamos. Pero habrá mucha lucha obrera y política para que ello ocurra.

Randazzo vetó por completo la iniciativa y la sugerencia que habría el hecho el propio Ministerio de Trabajo en este sentido. Los talleres son motivo del acuerdo más general con el capital chino, que vende trenes y coloca condiciones, del mismo modo que se han garantizado para sí el 35% de los equipamientos que utilicen las represas patagónicas.

Se habló también de una oferta a los rusos. De manera que la orientación del gobierno es una reprivatización, opuesta por el vértice a lo votado por los trabajadores como norte estratégico de la lucha por la continuidad de sus puestos de trabajo. La reprivatización, o aún el cierre, en función de otras alternativas impuestas por los vendedores de trenes, puede ser una oportunidad de atacar el conjunto de condiciones laborales y los puestos de trabajo mismos.

Aquí se aprecia, como en el Smata, qué viene a garantizar la gendarmería de Berni, los negocios del capitalismo K. Más que nunca, con Emfer y su lucha.


Néstor Pitrola