Sindicales
7/8/2024
Empieza a moverse el Garrahan
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secretario general de la Junta Interna de ATE en el Hospital Garrahan
Asamblea en el Garrahan.
Con un abrazo realizado el martes 6 de agosto, empezó un movimiento de lucha en el Hospital Garrahan. La acción fue importante, pues se trató de la primera concentración nutrida de trabajadoras y trabajadores en el Hospital desde que asumió Milei. Estrictamente, hubo una amplia participación del Garrahan en distintas acciones previas de 2024, desde la marcha del 24 de enero hasta la multitudinaria movilización en defensa de las universidades, pasando por otros episodios importantes. Pero esta es la primera vez que volvemos a concentrarnos con fuerza en el Hospital por un reclamo propio. La principal cuestión que está agitando las aguas es salarial: por eso, aunque los espacios de organización son hasta el momento diversos, fue casi natural una confluencia en torno a la exigencia de una recomposición equivalente al 100%, a lo que se suma el histórico pedido de un piso equivalente a la canasta familiar (hoy arriba del $1.300.000) y el rechazo a la aplicación de ganancias sobre los salarios.
La acción del 6 surgió de un espacio autoconvocado, pero rápidamente confluimos en ella los sindicatos que estamos en las luchas (Junta Interna de ATE y Asociación de Profesionales). Fue muy significativo que en el abrazo se hicieran presentes trabajadores y trabajadoras de todos los sectores, oficios y profesiones.
El papel de las autoridades
En distintas reuniones, el Consejo de Administración fingió no tener responsabilidad en los salarios, que admite como “malos”, aunque pide “paciencia” por estar haciendo “el mayor esfuerzo”. Es cierto que la pauta salarial no la definen ellos; sin embargo, ocupan ese lugar como funcionarios designados a dedo por el gobierno que sí define la reducción presupuestaria y salarial. Son, por lo tanto, sus representantes políticos en el Hospital. Y muy bien remunerados: un consejero designado hace menos de dos meses percibe una asignación bruta superior a los 5 millones de pesos, mientras que una enfermera con la misma antigüedad no llega a los $720.000. Igual que en el país, la casta en el Garrahan sigue de pie, al tiempo que el ajuste lo pagamos los trabajadores.
Hay un aspecto positivo en el desentendimiento de las autoridades respecto de la mejora salarial: queda claro que tenemos que ir a una lucha de frente con el Ministerio de Salud y el gobierno, sin intermediarios. La destrucción de la salud pública no es un eslogan: algo que ya estaba muy mal, está cada vez peor. El bajón salarial empuja a muchos profesionales fuera del sistema; en el sector de residencias, muchísimas especialidades importantes quedaron sin cubrir por falta de postulantes. El Garrahan, por su parte, es en forma creciente el “embudo” al que caen los niños y las niñas a quienes el sistema de salud bonaerense y porteño les cierra la puerta en la cara por falta de recursos. Así, los salarios y las condiciones de trabajo se deterioran a paso redoblado.
Cómo seguir
Existe mucha inquietud sobre cómo continuar el reclamo y quiénes convocan las acciones. El Hospital es inmenso: hay numerosos oficios y profesiones; cuatro sindicatos; autoconvocados; turnos; y un largo etcétera. La división, indudablemente, favorece a la patronal y dificulta la obtención de reclamos. Por eso, la Junta Interna de ATE promueve la mayor unidad entre todos los trabajadores y las trabajadoras, sin importar su afiliación, profesión o tarea. Las categorías más bajas y más altas estamos en la misma escala salarial, y cualquier aumento general repercutirá favorablemente al conjunto. Por ello, la metodología más adecuada es concretar una asamblea general, como espacio final en el que se resuelva un plan de acción que integre a todos los sectores dispuestos a pelear -un verdadero frente único. Promoveremos en los próximos días reuniones y recorridas para concretarla.
El Garrahan se puso en marcha: con unidad, no podrán pararnos hasta obtener lo que el personal de salud merece.